Sevilla y su eterna novela teatral de la movilidad denominada “Un drama muy sevillano” ha empezado a adquirir su auténtica personalidad desde que nos han anunciado un plan que hará cambiar sentidos de viales y generar calles peatonales. Queda claro que este plan anunciado, vista la queja de vecinos y comerciantes, amortaja la ciudad en ese afán de escupirlo todo al extrarradio sin dar una solución eficiente a los problemas reales. Y verán ustedes cuando llegue el tren de la bruja a Nervión (ojana si creen que llegará a Santa Justa).
Escóndanse bajo la cama y no porque llegue el toque de queda a la ciudad sino porque pronto llegarán los timbales macabros del martillo neumático a la Macarena, a la Carretera de Carmona o a la Cruz Roja. Lo curioso de este enésimo plan de movilidad para Sevilla es el cambio en la Ronda que la devolverá a la movilidad del año 2009 siendo el mismo partido político el que hizo en 2009 y deshace en 2020; cosas del poder de la política. Supongo que desde el Consistorio se han acordado de aquellos versos de Jorge Manrique que decían:
¡Qué presto se va el placer!
¡Cómo a nuestro parecer
cualquier tiempo pasado
fue mejor!
Campanas a concejo vista las declaraciones del alcalde exponiendo que este plan de movilidad se expondrá a los vecinos sin posibilidad de modificación digan lo que digan (después de esto, alguien debería hacer mutis por el foro). Creía yo que en esto de circular por Sevilla todos debíamos opinar (sobre todo cuando te encuentras ese bujero maldito que te crujen hasta los molares)
.-¿Qué han dicho?
.- Nada alcalde, sólo nos mordemos los labios, apretamos los puños y tragamos saliva.
Nos preguntamos si con esta marcha atrás en la Ronda también sería posible hacer lo mismo con los adoquines que se han retirado de lugares históricos de Sevilla sustituyéndolos por la solería más ikeista posible.
Campanas de oración cuando el Ayuntamiento ha dado a conocer que para la ampliación del tranvía hasta Nervión Plaza hace falta aprobar otro plan de movilidad específico para la zona. Así que una oración de categoría la que les queda a unos cuantos seguidores de este proyecto, aunque dicen que el alcalde no está preocupado después de su pacto de legislatura con Ciudadanos.
.- ¿Tan desesperado andaba?
.- Uff, no lo sabes bien.
Así que ahí anda nuestro alcalde con la matraca hasta conseguir salir airoso de su plan de movilidad para el tranvía.
Una pena que los pensadores políticos de esta ciudad no se enteren que en otras ligas europeas del urbanismo cuando se quiere construir una promoción importante de viviendas, antes se construye la parada de metro o de autobús. Lo contrario es caer en el populismo que genera concentraciones olvidadas en el extrarradio. Sevilla necesita metro (del bueno) y unas líneas de autobuses rápidas y eficaces de verdad y que vayan al son del espíritu sevillano que no es más ni menos que llevarlo hasta el mismo mostrador del Corte Inglés; así somos y así moriremos. Veremos cómo se ejecuta este plan de movilidad que tiene más escépticos que palmeros después de comprobar como el centro de la ciudad se está quedando vacío y se apaga, con cientos de comercios cerrados y con todo un heroico viaje para llegar al epicentro de la ciudad.
Campanas para incordiar es lo que parece que se está gestando en el barrio de Triana porque allí llevan esperando como agua de mayo su ansiado plan de movilidad y que se termine con aquel despecho del 2010 cuando peatonalizan San Jacinto sin un plan alternativo. Y para nada termina aquí el relato porque Campanas de calvario le queda a Triana si el PSOE sigue adelante con su programa electoral donde se peatonaliza la calle San Jacinto al completo. La concentración de ramales secundarios, establecimientos y un Hospital en ese enclave harán un imposible para transitar y un posible para ser atropellado. Por eso, en una ciudad donde se anuncian planes de movilidad no consensuados y con una despoblación preocupante de zonas verdes es normal que se desconfíe de estas mentes de prestigio. Prepárense a que el centro de la ciudad se convierta en las nuevas Galias de Sevilla al más puro estilo Astérix.
Sevilla, en definitiva, dará su Repique de campanas al político que se dé cuenta que antes de peatonalizar hay que dar una alternativa a los vecinos, aunque de momento hagamos un Réquiem por todos esos comercios que se consumen en la soledad y por todos esos conductores que girarán una y otra vez sin encontrar una alternativa de transporte público eficaz o de aparcamientos. Por eso, tomarse un chocolate con churros en la calle San Eloy pasará a tener los mismos recuerdos pasados y famélicos de aquel viaje de novios que usted hizo.