Con lo que estamos repasando latín gracias a las decisiones de las hermandades y los acuerdos respaldados por el Consejo y resulta que ni ellos entienden las expresiones que emplean o no quieren entenderlas. A todos nos quedó claro que el acuerdo alcanzado por las seis cofradías de la Madrugá para el año pasado tenía este matiz que ahora han pasado por alto o, directamente, querido ignorar. Los horarios e itinerarios de la jornada en 2016 eran ad experimentum por un año, terminada la experiencia, las distintas partes implicadas debían pronunciarse y decidir si se renovaba el acuerdo o buscaban nuevas alternativas. Pues resulta que en cuanto el cabildo de oficiales de una hermandad ha decidido que no pueden asumirlo visto que no se pueden atender sus demandas para subsanar los problemas que sufrieron el año pasado, tiramos de autoridad y la solución es imponerse sin más, sin informar siquiera, antes de hacer público el comunicado, a la hermandad en cuestión.
El palio de la Virgen de las Angustias salió el año pasado 18 minutos después de lo previsto de la Catedral, cuando ya estaban a punto de comenzar los oficios de coro. La hermandad de Los Gitanos tendría que haber abandonado la seo a las 9.10 horas pero le resultó imposible recuperar todo el retraso acumulado en la jornada. ¿Qué solución veían? Adelantar el inicio de la Madrugá 15 minutos. El presidente del Consejo aseguró en una entrevista en estas páginas hace una semana que este adelanto era imposible, al menos, por este año. Así que el cabildo de oficiales del antiguo templo del Valle, que lógicamente no quiere verse en la situación del año pasado, temiendo que le cerraran las puertas de la Catedral, decidió el jueves no respaldar la renovación del acuerdo de 2016.
Ante la crisis abierta a 30 días del Domingo de Ramos, el Consejo, presidido por Joaquín Sainz de la Maza, actuó con rapidez y contundencia. En una reunión de urgencia en la que participaron los cargos generales y los responsables de la comunicación, optó por difundir un comunicado con el que, haciendo uso de la autoridad que le confieren los Estatutos, decreta que se mantendrán los horarios e itinerarios fijados ad experimentum y emplaza a los hermanos mayores a continuar trabajando junto al delegado de la Madrugá para establecer un proyecto «serio, firme y equitativo» para la Semana Santa de 2018. Pero de la de este año, tristemente, no hay más que hablar. Entiendo que apenas queda un mes para la Semana Santa, que, como siempre, llega el problema a última hora y que el Consejo ha querido zanjar el problema sin titubeos, pero ¿no hay posibilidad alguna para el diálogo? ¿Habría respondido igual si la hermandad que se opone es otra? Recuerdo que hace dos años se cambió todo incluso después del Cabildo de Toma de Horas.