Apoyo

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13 oct 2019 / 07:00 h - Actualizado: 13 oct 2019 / 07:00 h.
  • Apoyo

Sentirse libre e independiente nos gusta pero, de alguna forma, saber que no estamos solos, nos reconforta. Piensa en cuando llega el invierno, ¿cómo descansas mejor: en la cama totalmente destapado o acurrucado en tu edredón? sin lugar a dudas, todos nos quedamos con la segunda opción; de la misma manera, el calor humano, el apoyo personal funciona como ese oportuno edredón ayudándote a descansar cuando crees que no puedes más y, al tiempo, permitiéndote alcanzar tus sueños.

Del zoon politikon... ¡hacia el pedestal!

A todos nos gusta sentirnos apoyados, ya sea en casa, en el trabajo, en el club deportivo, en un desafío, en una reunión de amigos... Nada nos abriga tanto como esas tres palabras: "yo estoy contigo". Está claro que somos seres sociales, ya lo decía Aristóteles con su "zoon politikon", esto es, somos "animales cívicos", nuestra naturaleza social hace que disfrutemos de la compañía, que la busquemos, que nos guste relacionarnos... Recuerda cuando eras pequeño y hacías alguna trastada ¿qué pasaba? que te aislaban mandándote al "rincón de pensar" a modo de castigo... Más tarde, según vamos creciendo, otra forma de "castigar" es retirar la palabra a alguien para que así sienta que ha perdido un "apoyo" (con lo que no cuenta "el castigador" es que, a veces, esa retirada de la palabra puede transformarse en balsámica reflexión que te haga valorar la necesidad de esa relación...).

Es curioso, si buceamos en el origen de la idea de "apoyo" encontramos las raíces latinas "ad-podium" que significan "hacia el pedestal", en referencia a que "apoyo" es aquello que sostiene, ayuda, que da confianza... Por eso cuando somos apoyados nos sentimos como "levantados" ("hacia el pedestal"), sentimos que ya miramos el desafío "con altura" (como diría Rosalía) porque la compañía y la motivación que supone sentir el apoyo de quien comparte nuestra visión eleva considerablemente nuestro desempeño.

Activa el POder Y la Orientación

La magia del "APOYO" radica en que, cuando le brindas tu ayuda a alguien, contribuyes a Activas su POder Y Orientación. Este intangible de la solidaridad humana hace que tu rendimiento abra una ventana donde sólo había una pared y entonces, ¡ya no dejas el reto para mañana sino, aunque te fallen las fuerzas físicas, sigues con más ganas! ¿Cómo es esto posible? Yo lo viví en primera persona la semana pasada haciendo La Carrera de la Mujer. El día anterior a la prueba no había parado, por la noche me acosté tarde y no descansé muy bien, pero estaba decidida a cumplir con el reto que me había establecido. A la mañana siguiente, me levanté temprano (a pesar de ser domingo y haber dormido poco), mi chico me acompañó hasta el punto de salida, nos hicimos unas fotos y me dijo que me esperaría en la meta. Cuando arrancó la carrera para "lucirme" (sabía que él me estaría viendo), quise hacer un sprint desde el principio (mala decisión) y eso unido al ajetreo del día anterior y la falta de descanso, hizo que una carrera sencilla de 6,9 km me costase lo mío...

Los decisivos últimos metros

Ya estaba llegando al último tramo de la carrera, cuando ví a Alonso (mi chico), sonriente con su camiseta verde eléctrico del medio maratón (prueba que también afrontaremos), agité mi mano para que me viera, me localizó con rápidez y se puso a correr conmigo los últimos 500 metros: me miraba, me sonreía y gritaba "¡vamos María, esto ya está hecho!" ¡Qué bien me vino ese APOYO!" porque, de repente, empecé a sprintar e incluso ¡a sonreír!, verdaderamente sentí como se Activaba mi POder y Orientación, es decir, experimenté en primera persona como, gracias a ese "APOYO", se le daba una bombona de oxígeno a mi capacidad y a mi objetivo, empecé a adelantar puestos y, cuando me quise dar cuenta, acababa de cruzar el arco de meta...

No lo dudes, en la próxima ocasión que se te brinde la oportunidad de practicar la humana solidaridad ¡ponla en marcha! porque ese "APOYO" marcará la significativa diferencia entre el pedestal y el hoyo... (Por cierto, ¡muchas gracias Alonso!).

María Graciani

https://mariagraciani.wordpress.com/