Asertivo, como Las Canarias

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10 nov 2019 / 07:00 h - Actualizado: 10 nov 2019 / 06:50 h.
  • Asertivo, como Las Canarias

Hoy estaba viendo el tiempo en la tele, ya se anunciaban las llegadas de frentes fríos, temporales, lluvias, las consecuentes bajadas de temperaturas por todo el país y, de repente, me fijé: ahí estaban Las Canarias con sus 25 grados, permanecían prácticamente invariables durante todo el año. Comparados con el verano sevillano, esos 25 grados se tornaban fresquitos pero ahora, con el invierno a la vuelta de la esquina, se transforman en un oásis de calidez. La estabilidad climática de Las Canarias me hizo pensar que si fuera una persona sería la viva imagen de la asertividad porque nunca eleva tanto su temperatura como para que le salga el humo por las orejas y arrasar con todo ("modus operandi" propio del estilo agresivo) y nunca la baja tanto como para quedarse congelada, sin poderse mover, instalada en la inacción (características básicas del estilo pasivo).

Afirmando certezas

Parece redundante, ¿verdad?, en realidad no es tan sencillo... Buceando en la idea de "asertividad", descubrí que viene del latín "assertus" ("afirmación de la certeza de algo"). Si algo es cierto, no debería necesitar ser afirmado, lo que ocurre es que, en no pocas ocasiones, más de una persona cree que es la dueña de esa certeza y se contrarían si no obtienen ese reconocimiento por parte de los demás... Por eso es tan importante la asertividad: cuando dos personas creen estar en lo cierto, hay quien gritará o se enfadará para intentar imponer sus ideas y acallar las del otro (postura agresiva); hay quien se deja avasallar y, aunque tenga su parcela de razón, ni la expone por miedo y termina haciendo lo que no quiere (postura pasiva) y luego hay quien, dando algún que otro "capotazo" y tirando de mano izquierda, escucha con paciencia la reclamación de atención de la otra persona (porque la "Política del erre que erre" no es más que una reclamación de atención de alguien que pide a gritos que se reconozca su importancia), posteriormente le expone su propio razonamiento y "no pasa por el aro" de aquello que no quiere hacer.

El microondas de las emociones

Ser asertivo no es sencillo, supone mantener a raya la temperatura emocional para no crear tu "verano en Sevilla interior" al tiempo que conlleva no caer en el Polo Norte emocional y dejarte congelar por aquellos acostumbrados a hacer siempre su santa voluntad. La persona asertiva sabe tratar a las otras con respeto y, del mismo modo, tiene la habilidad de expresar su punto de vista, sin imponer nada a nadie pero tampoco sin dejarse pisotear. Imagina que eres un microondas (una especie de "microondas emocional"), sabrás que no necesita el mismo tiempo para calentarse un té que unas verduras o el arroz; la "afirmación de certezas", esto es, la asertividad radica en conocer, en primer lugar, la posibilidades del microondas (es decir, de uno mismo) para, posteriormente, aplicar la temperatura adecuada para disfrutar de cada tipo de alimento, así ni la leche te quedará fría ni te quemarás con la tortilla.

Como ves, la asertividad es útil, práctica y necesaria... La próxima vez que sientas que la temperatura de tus emociones sube y que la confrontación es palmaria, respira y recuerda... ¡asertivo, como Las Canarias!

María Graciani

https://mariagraciani.wordpress.com/