Cambiando los nombres de las calles

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24 jul 2015 / 23:08 h - Actualizado: 24 jul 2015 / 23:10 h.
"Elecciones Municipales 2015","José María González 'Kichi'"

Los gaditanos llevamos siglos, milenios, viendo pasar civilizaciones por nuestro pequeño territorio, sólido como la piedra ostionera sobre el que se asienta. Por falta de espacio, las edificaciones de cada una de ellas se han ido construyendo unas encima de las otras. Por esa razón, el imponente teatro romano no puede sacarse a la luz porque habría que tirar, entre otros, a la catedral. Y hemos de conformarnos con ver un trozo de las galerías y el graderío.

Por la misma razón, los rótulos de las calles se han ido superponiendo según las conveniencias de cada época, las afinidades políticas o las creencias de los ediles de turno. Pero la gente que es lo que al final importa, sigue llamando a su calle como siempre. No hubo forma de que nadie dejara de llamar calle Ancha a la que le habían puesto el nombre de un militar golpista. También fracasó el franquismo al intentar denominar Paseo Carranza al que todo el mundo llama Paseo de Canalejas. Y muchos casos más. Hay una curiosidad en esto, la plaza de Candelaria la preside la estatua de Emilio Castelar que fuera presidente de la 1ª república española. En uno de los lados de su base hay una placa de los diputados republicanos de la época loando su papel histórico y que curiosamente sobrevivió al franquismo.

En la primera Corporación Democrática, de la que tuve la fortuna de formar parte, se suprimieron los de más aciago recuerdo. Pero personalidades como Pemán, etc. siguieron con sus placas y sus estatuas. Y ahí quedó la cosa hasta ahora en que los ediles le quieren dar otra vuelta al nomenclátor. Pues nada, a depurar otra vez.