Hay veces en que la vida
altera algún cromosoma,
pero la inocencia asoma
siempre por Dios sostenida.
Eterna llama encendida
que alumbra en el celemín.
Riega siempre ese jardín
de los hijos de tu Centro,
y sal Tú siempre a su encuentro,
noble Cristo del Buen Fin.