Optimismo hiperbólico

¿Cervecita en el Salvador?

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Manu Ojeda manuojedas
04 jun 2020 / 08:15 h - Actualizado: 04 jun 2020 / 08:43 h.
"Opinión","Optimismo hiperbólico","Ocio durante el coronavirus"
  • Plaza del Salvador.
    Plaza del Salvador.

El calor ya está en Sevilla. Horas puntas y abrasivas, poquito se habla ya. Los encuentros se acontecen y el público comienza a aflorar. Siempre hay impaciencia por volver a degustar el frescor de una esencia sin igual. No hay comparación en el epicentro de la ciudad, en una plaza donde Martínez Montañés recibe a las palomas cuyo estómago nunca lograron ni lograrán controlar. El lugar donde los cartuchos de patatas se venden sin parar y los sevillanos lo conciben para, de qué mejor manera, volverse a reencontrar.

¿Cuánto tiempo cerrado? Demasiado para cualquiera que ame su naturaleza de verdad. “Las horas se hacen eternas, pensando en ti por no variar”. Cuánta razón dice esta letra y qué poquito se vuelve a hablar. Te tengo comparada, mi plaza, la mía y la de cualquiera que por cualquier cosa quiera brindar. Después de tanta pena, sea la unión en torno a una buena y fresca rubia la que nos haga encender una luz en medio de tanta oscuridad.

Abiertos sus soportales al público están. De las mejores noticias hosteleras que nos trae esta mentirosilla “nueva normalidad”. ¿Qué hay de normal en todo esto? Por favor estimado coronavirus, vete y déjanos volver a vivir en paz. Tu final no estará exento de una felicidad a la que los sevillanos nos hará saltar para, haciendo gala de nuestro duende andaluz, podamos dar gracias por haber pasado una pesadilla de la que muchos, esperemos, no olviden para aprender a ciertas cosas valorar. Dejemos de lado las malicias, los sueños perniciosos y cualquier batalla que sea significado de maldad. Reencontrémonos como hermanos donde realmente queremos. El Salvador abierto a su gente está. Poquito se habla ya.