Desvariando

Cuando la ‘arradio’ era un mundo

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
04 ene 2020 / 11:15 h - Actualizado: 04 ene 2020 / 11:17 h.
"Desvariando"
  • Cuando la ‘arradio’ era un mundo

Cuando en casa no había llegado aún la televisión porque ni siquiera teníamos luz eléctrica, la radio era fundamental. De pilas, claro, y con una ropita que le hizo mi madre para que no cogiera grasa ni polvo. La primera radio que tuvimos la trajo mi madre de Coria del Río y cuando le encendió y sintonizó Radio Sevilla, sonaron unas sevillanas de Los Romeros de la Puebla, de su primer disco, me puse a bailar y me caí de culo en una escupidera. Tenía solo 10 años, y luego tuvimos una tele de doble pantalla, una Inter, que fue ya la repera en casa porque mi abuelo Manuel podía ver los toros, mi hermano y yo el fútbol y mi madre y mi hermana las telenovelas. Más de medio siglo después sigo oyendo la radio a diario –la arradio, decíamos en Cuatro Vientos–, porque sigue siendo un mundo. En España, además, se hace buena radio y es un medio de comunicación que no decae. Me fastidia que los demás te digan la emisora que debes escuchar y que no se te ocurra decir que oyes la Cope porque te tildarán de franquista o fascista. No de derechas, que eso ya ha pasado de moda, sino lo anterior. A los curas, ni agua. Pues veréis cuando diga que suelo ver cada noche el debate político de 13 TV, de la Conferencia Episcopal Española, El Cascabel, presentado y moderado por Antonio Jiménez. Naturalmente, escucho otras emisoras de radio y veo otros canales de televisión, pero con esos no hay problemas, los puedes seguir que no serás calificado nunca de nazi. La libertad consiste también en ejercer el derecho a elegir qué quieres leer, ver o escuchar para informarte o entretenerte. Pero esto es complicado en España y en estos momentos tan delicados. ¿Qué nos ha pasado? Veo cada día cómo insultan a decenas de personas en las redes sociales por decir que votan a determinados partidos o que leen algún periódico de corte conservador. Y son los que se autodefinen de izquierdas los más intolerantes con la libertad de expresión.