Angostillo

Cuerpo a tierra

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Isidro González IsidroGonzez
09 feb 2024 / 11:00 h - Actualizado: 09 feb 2024 / 11:00 h.
"Semana Santa","Angostillo"
  • Paso de Nuestra Señora del Desconsuelo en su Soledad, de la Hermandad del Santo Sepulcro de Córdoba / Hermandad del Santo Sepulcro.
    Paso de Nuestra Señora del Desconsuelo en su Soledad, de la Hermandad del Santo Sepulcro de Córdoba / Hermandad del Santo Sepulcro.

Aunque es una cuestión que aparece y desaparece recurrentemente en tertulias y comentarios cofrades, han llamado la atención las recientes palabras del hermano mayor del Santo Sepulcro de Córdoba sobre la situación vivida en esta corporación. Comencemos anotando que estamos ante una de las más señeras cofradías de la Semana Santa cordobesa, que realiza su estación a la catedral en la tarde del Viernes Santo en medio de una exquisita belleza religiosa. Sin embargo, el baño de realidad cofrade que ha aportado, del que se ha hecho eco distintos medios informativos cordobeses, creemos que no debe tomarse como algo meramente local y puntual, sino que puede servir para tomar nota y reflexión al amplio universo cofrade andaluz para no echar excesivas campanas al vuelo, ahora que llega la cuaresma y todo se desborda, sobre todo si las hermandades quieren seguir siendo hogares de vida cristiana y cofrade todo el año, y no meramente organizadoras de desfiles procesionales sin más.

En un reciente cabildo general el hermano mayor ha hablado con claridad y sin tapujos, y sus palabras reproducidas en la web de la hermandad. En un lugar donde lo habitual es el seguimiento y análisis de la labor de la junta de gobierno, Alfonso Orti ha desgranado lo acontecido en los últimos años con afirmaciones como estas: “El mandato que ahora concluye se inició con el propósito de revitalizar la hermandad, incorporando a personas jóvenes y creando espacios de convivencia que acercaran a los hermanos. Ni una cosa ni otra las hemos conseguido”. Y se lamenta con sinceridad inusual en este mundo de la actitud de muchos cofrades: “Desgraciadamente, la participación de los hermanos se reduce, como mucho, a la Estación de Penitencia, siendo la participación en los cultos a nuestros titulares muy reducida”, rematando con un poso de amargura que: “el sentimiento que tengo es que la respuesta de los hermanos ha sido muy decepcionante”.

En el trasfondo late la escasa implicación y asistencia a los actos y cultos celebrados y la ausencia de candidatos para las próximas elecciones de la cofradía, que han sido aplazadas. Y entre las diversas razones que habrá, sin duda, subyace el secularismo y la ¿creciente? indiferencia cofrade por la vida interna de las hermandades. Como afirmó hace años el cofrade y profesor César Hornero: “Una auditoría seria y sincera debería arrojar un balance bastante desalentador. Las hermandades vivimos instaladas en el conformismo y la comodidad. Y así es la fe que ofrecemos: conformista, cómoda y poco comprometida”, añadiendo que “corren el riesgo de conformarse con servir sólo a una religiosidad popular y emotiva y con practicar una caridad que poco se diferencia de la que puede hacer una ONG cualquiera”.

Cuerpo a tierra
Nazarenos del Santo Sepulcro hacen estación en la tarde del Viernes Santo en la Catedral de Córdoba / Hermandad del Santo Sepulcro.

Aunque esta situación pronto, seguro, quedará en una anécdota que se desvanezca en la memoria, y la hermandad del Sepulcro cordobesa recupere con creces el pulso normal de su vida cotidiana, la voz autorizada de este hermano mayor ha sido un valiente y atrevido aviso a navegantes en los mares cofrades de hoy para recordar que, a veces, no es oro todo lo que reluce ni todo lo construido en los últimos tiempos ha sido sobre roca. La realidad religiosa y social actual va avanzando posiciones que parecen muy diferentes de las de hace veinte, treinta o cuarenta años, lo que puede ir en nuestra contra, o al menos de cómo hemos entendido las hermandades hasta hace bien poco.

Expresamos nuestro mayor afecto y apoyo a este hermano mayor cordobés como a los cerca de setecientos de la Archidiócesis de Sevilla y a los miles repartidos por la geografía andaluza, pues sobre ellos descansa la responsabilidad de la mayor parte de las devociones religiosas y la piedad popular de nuestra tierra. Es curioso que donde antes se fiscalizaba a los hermanos mayores, ahora se les hable claro a los hermanos. Nos jugamos el pasado del que venimos, un presente no fácil ya en algunos lugares y un futuro cuyo relevo dependerá no tanto de levantar grandes construcciones espectaculares o mediáticas, musicales o de exornos, como de echar el cuerpo y el alma cofrade a tierra, bajándolos al nivel del suelo, cerca de la luz de Dios y del mensaje de su Hijo, de lo mejor de nuestras hermandades y del calor, que ojalá nunca falte, de los hermanos.