Entonces, vamos a ver, que me entere yo.
Dani Alves está a la sombra acusado de abofetear y violar a una joven de 23 años. Vale. Pero la chica renuncia a una indemnización económica seguramente porque sabe que es ella la que está en entredicho. Vale. Es lo que tiene topar con un futbolista famoso y millonario. Tanto es así que Xavi, actual entrenador del F. C. Barcelona, dice que le sabe mal por él (por el acusado, por ella ni le sabe ni nada). Tanto es así que las redes están llenas de mensajes de apoyo a este sujeto. Algunos dicen que es un hombre que siempre ha puesto los valores más esenciales por delante y que le parece mentira todo lo que está pasando. Tanto es así que ni siquiera los que claman al cielo a diario porque los inmigrantes vienen a España lo hacen para violar a las mujeres han abierto la boca. Debe ser que ser futbolista elimina la nacionalidad o el país en el que comete un delito. Me deja boquiabierto que son los mismos que se llevan las manos a la cabeza por el resultado de aplicar la ‘ley del sí es sí’ los que miran de reojo a la víctima. Más cinismo es imposible.
Yo, como es lógico, no sé qué ha pasado. Lo que sí tengo claro es que un juez no te mete entre rejas sin tener claro lo que ha podido pasar. Lo que sí tengo claro es que las mujeres violadas deben pasar un calvario para defenderse de algo atroz. Lo que sí tengo claro es que el personal es capaz de defender a sus ídolos contra viento y marea, pase lo que pase y sea razonable o un disparate. Lo que tengo claro es que en España la polarización está llegando a extremos absurdos y peligrosos.
Entonces, vamos a ver, que me entere yo.
Los famosos no pueden ser violadores. Las mujeres mienten y son unas frescas porque van a la discoteca con faldas cortas y, además, se dejan invitar a una copa (¡pecadoras!). Los extranjeros que tienen pasta son extranjeros pero menos. Los que tachan a los extranjeros de ejército invasor y violador de mujeres se refieren a los árabes y negros pobres de solemnidad. ¿Es esto? Más o menos ¿no? Pues ya está, está claro de lo que va el asunto.