Tribuna

De temporales y rompecabezas

Image
24 ene 2021 / 04:00 h - Actualizado: 24 ene 2021 / 04:00 h.
"Tribuna"
  • Lluvia en Sevilla./ Manuel Gómez
    Lluvia en Sevilla./ Manuel Gómez

TAGS:

Como la climatología ha decidido ponerse caprichosa estos días, he empezado a bucear en los "clásicos hogareños", ese tipo de actividades que se disfrutaban tanto y eran tan habituales "antes" (y lo pongo entre comillas porque con ese "antes" quiero aludir a un tiempo pasado, a un pasado que no es tan lejano en años pero si en carácter, en formas de pensar, de ser y hacer, en maneras de entender el ocio y la vida...). Pues "antes" cuando había temporal y lo sensato era quedarse en casa, aprovechabas para compartir momentos en familia, por ejemplo, reunidos en torno a algún juego de mesa; "ahora", ante el mal tiempo, la "foto comportamental" es diferente: los niños se suelen quedar pegados al móvil o a la videoconsola y los padres con el ordenador, viendo la tv o también recurriendo al smartphone...Conclusión: se hace menos piña y hay más riñas, aunque se comparta la misma habitación, no se comparten los momentos...

Puzzleando

En mi pequeña familia, formada por Alonso, mi chico y Atila, mi perro, hacemos todo lo posible por compartir cuantos más momentos, mejor. Cuando os decía que estos días me había sumergido en "actividades hogareñas" me refería en concreto, al hecho de comenzar un puzzle de, nada más y nada menos, ¡1.000 piezas! que me trajeron los Reyes (¡fíjate si ahí hay momentos para compartir!).

Al abrir la caja, te encuentras con una enorme bolsa de plástico y dentro de ella, todas las piezas del rompecabezas, cuyo dibujo completo aparece en la caja. Abrimos la bolsa y ante nosotros se desplegó un "simpático" montón de piececitas; lo primero fue ir volviéndolas boca arriba para ir teniendo pistas de qué pieza pertenecía a qué sector... En lugar de empeñarnos desde el principio en hacer el puzzle entero, fuímos haciendo grupos de piezas que pensábamos podrían ir juntas por sus dibujos, ¡incluso encajamos algunas! Eso te daba una satisfacción... Aquel curioso puzzle nos estaba dando una valiosa lección vital...

En no pocas ocasiones, nuestro día a día se presenta en forma de gigantesco rompecabezas y cuando vemos la magnitud del desafío, la primera reacción humana es asustarnos: "¡Madre mía, esto parece interminable! ¿tendré todas las piezas?", nos solemos plantear incluso antes de comenzar el reto... Una vez que abrimos la caja, parecemos centrarnos en el gran número de piezas y pensamos que la tarea es imposible porque intentamos, desde el principio, hacer que vayan encajando las piezas que nos encontramos, nos empeñamos en acometer la labor de una vez para terminar lo antes posible cuando lo que manda la inteligencia y el sentido común es tirar de estrategia, poner del derecho todas las piezas de las que disponemos e ir clasificando en grupos que tengan cosas en común para luego ver el posible encaje. "¿Y si me equivoco de pieza y la pongo donde no es?", pues... ¡no pasa nada!, así habrás aprendido que esa pieza no va ahí y dejarás el sitio libre para la pieza correcta. En los puzzles vitales, como en el popular juego de mesa, lo importante es disfrutar completando el desafío y no hacerlo en tiempo record porque hacerlo muy rápido pero mal genera estrés y te pone el ánimo del revés, vamos, que no sirve para nada.

Vísteme despacio...

Seguro que te sabes el final del refrán. Sé que hay ocasiones en las que nos urge más resolver el rompecabezas que en otras, pero dejarnos llevar por la urgencia y hacer las cosas de cualquier manera, nos pasaría factura... Mucho cuidado con los cantos de sirena del "pan para hoy y hambre para mañana"... Mi sincera recomendación es que celebres tus pequeños encajes, afrontes el reto con ánimo y coraje, tires de estrategia, segmentes la labor y para cuando te des cuenta, habrás generado valor, disfrutando, sintiéndote mejor... Y, ahora, ¡a destapar la caja!