Día especialmente bello para muchos niños –y padres- de muchas partes del mundo, día de Reyes, de regalos, de emociones, de ansiedad, de griterío infantil, de nervios... Noche de medio insomnio, de precipitación, de vigilia. Noche de Reyes Magos.
¿Recuerdan la ilusión que sentía cuando era niño/niña en esta noche? Es la misma que siente su hijo o su hija, el corazón desbocado, las esperanzas en lo que sus Majestades traerán y que, en muchas ocasiones, está en función de las notas. Noche de Reyes Magos.
El regalo estrella será aquel que esté relacionado con la electrónica, el teléfono móvil de ultimísima generación –que dentro de una semana estará anticuado-, la videoconsola, los juegos y atrás, o para los más pequeños, quedan las muñecas, los playmóbil o los de “toda la vida”. La media de gasto por casa en Reyes alcanza los 300 euros por niño (según estadística) y el esfuerzo es considerable. ¿Hacemos bien? Es la pregunta que siempre surge y que, por el contrario, está en la economía de cada casa el saber de sus posibilidades.
Lo que sí es cierto es que se debe actuar con mesura y regalar el regalo que sea el idóneo para el niño o la niña en función de su edad, no ir por encima de sus posibilidades intelectuales o económicas.
No voy a ser yo quien vaya de “cortarrollo” en un día como este, pero si el que de una llamada de atención: asómese luego a los contenedores y verá papel y cartón por todos sitios, en unos casos hasta con poca consideración con la limpieza de las calles. Verá a niños –cada vez menos- en esa misma calle y gente en los bares festejando el día como es de recibo, nada que objetar. Pero debemos pensar que el mejor regalo estos Reyes es, sin dudas, tener salud, no haber caído en el Covid o haberse recuperado de él en unas fechas en la que permítame un comentario crítico e irónico: “parece una bendición coger el ómicron” o así es como se “vende” en muchos medios.
Responsabilidad y pensar que el mejor regalo que hay es la SALUD, con mayúscula, nunca una palabra había significado tanto y aquellos que hemos perdido amigos o tenernos seres queridos en hospitales sabemos de su importancia. Yo es lo que he pedido a mis Reyes Magos, salud para toda mi gente y para mis tres peluditos.
Sé que es un día rompecabezas para los padres, que toca montar un Lego imposible, configurar un móvil, una videoconsola y quién sabe qué cosas más. Los Reyes Magos entienden de regalos y no de técnica. Hoy debe armarse de paciencia, no perder los nervios y contemplar la cara de sus hijos congratulándose de poder estar ahí, contándolo y siendo parte de esa ilusión.
Hay muchos niños en el mundo que no tienen juguetes y que juegan con cualquier cosa improvisada, un balón de trapo o una muñeca de palo pero no les hace falta más. Pensemos que son fechas en las que se debe compartir, en la que la ilusión está desbordada y en la que los Reyes Magos cumplen muchos deseos.
Mis tres gatos disfrutan... ¿Saben con qué? Con las cajas, las simples cajas, y es la filosofía, disfrutar con menos y dar más, es el espíritu de estos últimos días de las fiestas navideñas. Mi deseo siempre: SEAN FELICES.