Opinión

Gabriel Ramírez

Díaz Ayuso y su escaso patriotismo

Díaz Ayuso y su escaso patriotismo

Díaz Ayuso y su escaso patriotismo / Gabriel Ramírez

Isabel Natividad Díaz Ayuso es la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid. Llegó al cargo de forma inopinada. Los resultados que consiguió en sus primeras elecciones fueron entre malos y fatales. Pero la aritmética parlamentaria le colocó en el despacho de presidenta. A partir de ese momento, Díaz Ayuso ha dicho y hecho cosas que para unos han sido discutibles, para otros un insulto a la inteligencia o verdaderas muestras de estadista de enorme altura. La fama y la imagen de esta mujer ha ido creciendo en toda España. El camino contrario de la fama y la imagen es directamente proporcional. Es tan odiada como amada. Yo no voy a juzgar lo que dice y hace esta señora. Aunque dice cosas que no deberían gustar a nadie. Esta vez se ha descolgado con esta afirmación: «En esta situación, si yo fuera empresario, no vendría a España».

La señora Díaz Ayuso no parece que sea una gran patriota. Los que lo son saben separar sus intereses partidistas y personales de los generales, de los de todos. Decir que ella no vendría a España ‘en esta situación’ es un ataque directo a los intereses de España. No hay más debate. Algunos ya estarán pensando que lo que es contrario al interés de España es el Gobierno de Pedro Sánchez, pero eso es harina de otro costal, eso se resuelve en las urnas sin espantar a los inversores.

Solo dos apuntes a lo que ha dicho Isabel Natividad Díaz Ayuso.

Su hermano no piensa igual. Al contrario, hace todos los negocios que puede para cobrar comisiones abusivas, por ejemplo, en época de pandemia. Igual una charla con él le aclara las cosas.

Por otra parte, me pregunto si detrás de esta afirmación de la presidenta madrileña no se encuentra un dato bastante relevante: la inversión extranjera directa bruta en Madrid ha descendido, en 2022, 4.834 millones de euros. En el resto de España ha aumentado en 5.430 millones de euros. En Madrid se desploma un 20 por ciento y en el resto del país aumenta un 65 por ciento. Qué dato tan curioso al leer eso que dice de no venir a España si fuera un empresario extranjero.

Y así todo.

Saque usted sus propias conclusiones.