El comportamiento de los inversores se ve reflejado en las cotizaciones con subidas o bajadas de los precios, de lo contrario no existiría el mercado bursátil.
Sin darnos cuenta, los inversores seguimos a las masas y esto no es aconsejable aunque es comprensible dado que mantener la calma y alejarse de los acontecimientos y noticias que van produciéndose a lo largo de una sesión bursátil no es tarea fácil.
Un claro ejemplo de ello es una subida en el precio del petróleo, este hecho se traduce en una bajada de la bolsa. Lo mismo ocurre si suben las cotizaciones en determinadas materias primas, se verá reflejado en las empresas del sector al que afecten, dependiendo de la exposición al riesgo referenciado.
De forma habitual se suele operar en un valor determinado y mostrar rechazo a los demás, debido a la dificultad que supone todo cambio, al conocer las pautas y movimientos determinados y sentirse cómodo con él. Lo mismo ocurre con los inversores que operan en determinados productos, les cuesta pasar a operar con otros productos distintos.
Para poder comprar siempre tiene que existir alguien dispuesto a vender, y para poder vender siempre tiene que haber alguien dispuesto a comprar, de esta manera se mueven los mercados, si todos pensáramos igual, no existirían.
Esto demuestra que no existe ninguna estrategia o forma de invertir que gane siempre, lo más importante es limitar las pérdidas cuando se produzcan, con unos stops loss correctamente colocados.
Lo más importante es encontrar un punto de entrada en el mercado que sea adecuado a nuestro perfil de inversor y fijarse un punto de salida del mercado y respetarlo. En ocasiones tendremos ganancias y en otras habremos salido con pérdidas ya que se nos habrá ejecutado el stop de protección. Lo importante es que al final el balance sea positivo para nuestros bolsillos.