El nuevo Gobierno andaluz...

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Jesús Ollero ollerista
25 jul 2022 / 21:40 h - Actualizado: 25 jul 2022 / 21:41 h.
"Junta de Andalucía"
  • El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, (d) saluda al nuevo consejero de Presidencia, Antonio Sanz. / Joaquin Corchero / E.P.
    El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, (d) saluda al nuevo consejero de Presidencia, Antonio Sanz. / Joaquin Corchero / E.P.

El nuevo Gobierno andaluz nace con un triunfo de partida: no ha habido la menor fisura en cuanto a filtraciones de nombres. Demuestra una notable unidad y un gran temor a caerse de la lista si trascendía el tema. En cualquier caso, parece una sensacional forma de comenzar como grupo, aunque todo tienes lecturas variadas y algunas decisiones han empezado con mejor pie que otras.

Gran expectación, pues, que ha finalizado 75 minutos después de lo previsto. El propio Juanma Moreno ha reconocido, tras disculparse por el retraso, las dificultades de cerrar candidaturas deseadas, citando expresamente tres motivos: enfermedad (recordemos que García Valera ya tuvo que dejar Hacienda nada más llegar en 2019), incompatibilidades profesionales (el presidente se ha quejado de lo estrictas que son) y falta de atractivo salarial. Sin olvidar épocas en las que la política llenaba muchos más minutos de información por corrupción que por gestión, al tema retributivo de ciertos cargos públicos hay que darle una vuelta, más allá de la demagogia casi infantil de personas que conocen perfectamente este tema.

La función pública, el servicio público, no es atractivo para personas con máxima cualificación profesional y supone para muchos un marrón en forma de firma en contratos y decisiones. No hay más que mirar a los ayuntamientos, muchos en parálisis funcional por falta de interventores y por la negativa rotunda de los empleados públicos a autorizar proyectos o pagos estando autorizados.

Pero volvamos al Gobierno andaluz. Con el presidente, 14 personas, siete hombres y siete mujeres. Dos carteras más que en la anterior legislatura con Ciudadanos, algo que no pasa de anecdótico porque, una vez metidos en materia, en el PP han entendido que a veces menos no es más, y que ciertos ‘ahorros’ salen caros. Era un secreto a voces que Medio Ambiente volvería a ser consejería, y se podía intuir la unificación (otra vez) entre Economía y Hacienda igual que la continuidad de Rocío Blanco o el ‘ascenso’ de Antonio Sanz.

Los nombres de las áreas de Gobierno han llamado más la atención que los nombres de los consejeros, tres procedentes de Málaga a los que sumar al propio presidente. Hay cuatro independientes, aunque llamar independiente a Arturo Bernal es hacerse trampas al solitario (no es militante, cierto, ni falta que le hace) y Rocío Blanco ya formaba parte del equipo anterior. Jorge Paradela se despidió de puntillas del Sevilla FC la semana pasada, y ni siquiera de puntillas ha pasado su nombramiento en el Club. Sorprendente. Paradela, del que difícilmente se escuchará nada negativo, puede considerarse un fichaje de peso para Juanma Moreno, máxime con los problemas comentados por el propio presidente. El catedrático y ex rector cordobés Gómez Villamandos ofrece un notable prestigio en la gestión universitaria, tanto o más que Ramírez de Arellano en su momento.

Las otras ‘caras nuevas’ tienen una indudable relevancia: el actual alcalde de Almería (Ramón Fernández Pacheco) para el recuperado Medio Ambiente, la viceconsejera de Salud en la pandemia (Lina García, a la que revisten con Consumo quitando el rancio Familias) y la portavoz del PP en la Comisión de Hacienda y Función Pública del Congreso (Carolina España) como superconsejera de Economía, Hacienda y Fondos Europeos (ojo a esto último, tema clave donde los haya).

Ni a Sanz ni a Nieto se les puede considerar nuevos por sus responsabilidades pasadas, siendo más que significativo su ascendente peso precisamente por eso. No extrañaría, incluso, que el segundo acabe siendo portavoz del Gobierno. Lo fue la legislatura pasada del Grupo Parlamentario y Juanma Moreno no ha anunciado el relevo de Bendodo en este particular. “No es prioritario”, defendió, aunque dentro de un gobierno sea tan relevante como cualquier consejero.

En la vida hay cosas que se acaban aprendiendo, y una de ellas es que valen mucho más los hechos que las palabras. Resulta muy interesante, y adecuado, que una de las nuevas carteras sea Industria y Energía, por el papel que juegan y jugarán en la economía andaluza a todos los niveles. Mucho menos interesante, por decirlo fino, es el tema de Universidad, revestido con Innovación, un área que podía ir unida a varias. Habrá que esperar a ver realmente con qué contenido se adoba esta parcela, pero así de primeras genera muchas dudas.

Además de Blanco, sólo siguen en su puesto Marifrán Carazo, a quien se señala como la primera ‘baja’ en sólo unos meses rumbo a las municipales, y Carmen Crespo. Patricia del Pozo pasa de Cultura a Educación, entre otras cosas porque la nueva hoja de ruta de Juanma Moreno integra Cultura en Turismo y Deporte. Por lo que sostengo de las palabras y los hechos doy cero valor a la rajada semiprivada de Arturo Bernal (hace varios años en Facebook), pero sí parece un síntoma muy claro el ‘descenso’ de este área y la desaparición de su coletilla anterior, Memoria Democrática.

Hablando de ‘coletillas’, porque además de los nombres importa el orden, no ha hecho falta que Vox entre en el Gobierno para que el PP le dé un giro importante a la ya extinta Consejería de Igualdad: Integración Social, Juventud e Igualdad de Oportunidades. Ahí lo llevas... «El área de Igualdad de Oportunidades lleva implícita la violencia de género», ha defendido Moreno de manera malabarista. Regresa Juventud, que estaba en Empleo, cuando está al alcance de cualquiera que el mayor foco de interés de la juventud está en el empleo.

Introducir elementos como Diálogo Social, Sostenibilidad, Agua, Economía Azul o Fondos Europeos es también una forma de poner el foco en áreas absolutamente fundamentales de la gestión pública, tan actuales como modernas algunas, y que quedaban ensombrecidas por las denominaciones clásicas.

Como ven, lecturas y detalles para todos los gustos. No dejan de ser palabras e insisto en que los hechos son lo importante, aunque algunos de ellos son de entrada muy significativos para bien y para mal.