El precio de las mascarillas me tiene loco y en guardia. Escucho ‘mascarilla’ en la radio o en la televisión y me pongo de mal genio.
Antes de comenzar la pandemia el precio unitario de las mascarillas quirúrgicas era de 0,05 euros. Como lo leen. En el mes de febrero, cuando ya se estaba poniendo la cosa bastante difícil, el precio se disparó hasta los 0,31 euros. Eso es una subida escandalosa. Y en marzo, se llegaron a pagar hasta 2,15 céntimos por unidad. Eso es robar. Como todo el mundo sabe, el Gobierno fijó un precio máximo para este artículo y, obrado el milagro, los españoles comenzamos a pagar 0,96 euros por las dichosas mascarillas. Gracias, gracias, gracias.
El Gobierno, en otro acto de generosidad incontestable, ha bajado el IVA del 21 al 4 por ciento. Una vez que ha recaudado la bonita cifra de 1.000 millones de euros se ha bajado de la burra. Y, por si era poco, el precio máximo de las mascarillas pasa a ser 0,72 euros. A sus pies señores del Gobierno.
Lo cierto es que este Gobierno llega tarde a todas partes. Unas veces queriendo y otras sin querer.
En los supermercados y grandes superficies se pueden encontrar mascarillas desde 0,30 euros hasta los 0,50 euros que se pueden adquirir en establecimientos que siguen la estela del Gobierno porque saben que al final las venderán y ganarán una pasta al producto.
En Internet se pueden comprar desde 0,08 céntimos. No sabemos si cumplen con la normativa o si son radioactivas, pero cuestan casi lo mismo que costaban antes de la llegada de la Covid-19.
Las preguntas se acumulan y las respuestas son pocas. ¿Cómo es posible que habiendo aumentado la producción de forma brutal sean más caras las mascarillas? En realidad, las cosas en los mercados funcionan justo al contrario. Pero este es ‘el misterioso caso de la estafa más grandes jamás cometida sin que nadie rechistase’. ¿Quién se está haciendo de oro a costa de personas que, muchas veces, no tienen dinero para comer y están obligadas a llevar mascarilla? ¿Por qué el Gobierno no echa un vistazo al mercado y fija un precio más ajustado a la realidad? Mientras el Gobierno esté en las nubes, los más listos del mercado seguirán fijando unos precios escandalosos.
Hay personas que no pueden mantener un presupuesto en mascarillas tan alto como el actual. Una mascarilla quirúrgica tiene una vida media de 4 horas de uso. Un niño, solo en el colegio debería usar dos a diario. Un adulto en el trabajo lo mismo. Un anciano es posible que pudiera estar utilizando una mascarilla un par de días. ¿Se respeta algo de esto? Por supuesto que no. Los niños usan una diaria (los más afortunados), los adultos se pasan dos o tres días con la misma mascarilla, y los jubilados con menos recursos usan la misma el tiempo que hace falta. Todo muy bien. Todo estupendo. Resultado: compramos en Internet aunque las mascarillas se desintegren pasadas cuatro horas. Por lo menos usamos mascarillas nuevas con frecuencia y las bacterias van a la basura con las viejas.
Hay gente que se está forrando. Todo el mundo lo sabemos. España es el reino de la picaresca hasta en tiempos de SARS-CoV-2. Y el Gobierno, allí, en las nubes.