El Studebaker iba a contramano (1852-1966)

Image
16 ene 2021 / 04:00 h - Actualizado: 16 ene 2021 / 04:00 h.
  • El Studebaker iba a contramano (1852-1966)

La historia comienza en 1736, cuando el primero de los Studebaker, Peter, desembarcó como emigrante en América del Norte procedente de Holanda. Studebaker, un emprendedor, colocaría la primera piedra de lo que en el futuro, sería una de las fábricas más importantes de la automoción de Estados Unidos.

Durante muchos años el trabajo de los Studebaker se caracterizaría por la construcción de carrozas, vagones y carruajes. Tal actividad fue consolidada por los biznietos del fundador original, Henry y Clem, que prepararon un taller en South Bend, Indiana, con el mismo propósito que su bisabuelo.

Situado en la calle Tetuán(nº9 aproximadamente) de Sevilla, quizás sea uno de los azulejos más importantes y populares de Sevilla y data del año 1924. Está firmado por el pintor ceramista D.Enrique Orce Mármol (1885-1952) en 1924 en la Fábrica de la Viuda e Hijos de Manuel Ramos Rejano, y realizado con la técnica del aguarrás. Se colocó en la fachada del antiguo Bar El Sport, a instancias de Vicente Aceña, representante de la firma de automóviles americanos en Sevilla. La pieza fue restaurada en 2017. Firmado en el segundo azulejo de abajo a la derecha.

Antes por la calle Tetuán, circulaban coches, de esto hace ya algunos años, estos iban desde la Plaza Nueva hacia la Campana y existía la broma familiar de preguntarle a los niños "¿Qué está haciendo mal ese coche? ": Ir en dirección contraria te respondían los más sagaces.

En cualquier momento, súbitamente, se te podía cruzar Vicente el del canasto.

Durante 64 años el nombre de Studebaker fue, en el ámbito de la industria automovilística norteamericana, sinónimo de automóviles de calidad a precio reducido, de construcción sencilla y económica, de estilo futurista y de dificultades económicas empresariales persistentes. Sin embargo, este último punto merece algunas precisiones. En efecto, la Studebaker Corp. no quebró en marzo de 1966, sino que simplemente dejó de construir automóviles. Ello se debió a que, a pesar de temporadas muy favorables (más de 200.000 automóviles vendidos en 1950 y 1951), esta marca jamás consiguió tener buenos balances.

En 1914 una nueva línea de automóviles Studebaker basada en dos modelos: el Four y el Six. Ambos con cilindros de 89 x 127 mm y cilindrada de 3.150 y 4.735 cc, respectivamente. El menor, con una distancia entre ejes de 2.74 m, costaba 1.050 dólares, mientras que el Six, protagonista de nuestra historia, con una distancia entre ejes de 3.07 m, valía 1.575 dólares americanos. Estos automóviles poseían motores monobloque y tapabarros delanteros de acero estampado muy bonitos como podemos ver en la cerámica, y resultaron muy resistentes y seguros con una línea esbelta, contribuyendo decisivamente a la consecución del récord de producción de 65.885 ejemplares establecido en 1916.

Cinco muchachas vestidas al estilo de su época, felices años 20,disfruta de la ventaja de la modernidad. Un distinguido, fino y atractivo coche de 6 cilindros. El automóvil atraviesa un parque, (con un enorme florero barroco, incluso podría llegar a ser el parque de María Luisa ) y señalan y explican al pensador de Rodín . Se une la excursión, aire libre, la ciudad, el medio ambiente la cultura y la diversión de las señoritas, y por supuesto la modernidad del vehículo. Todo ello y por el mismo precio, en la propia calle Tetuán.

La técnica y el progreso llegaban a una Sevilla... predominantemente rural .

Los poetas futuristas elogiaban el progreso la técnica y el maquinismo. Pedro Salinas, Marinetti:

“¡Dios vehemente de una raza de acero,
automóvil ebrio de espacio,
que piafas de angustia,
con el freno en los dientes estridentes!
O Concha Méndez:
Una cantata de bocina.
Gusano de luz por la calle sombría.
Los ojos relucientes bajo la noche fría .
Reptil de la ciudad que raudo se desliza.