España horizonte gris

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07 nov 2023 / 14:19 h - Actualizado: 07 nov 2023 / 14:20 h.
  • España horizonte gris
    España horizonte gris

Existe ya la percepción generalizada de que así no vamos por buen camino y de que la España de hoy duele cada vez más a los españoles. La gente sale a la calle a protestar en estos días con sentimientos de dolor, pena, rabia; emociones entrelazadas que sin embargo parece que no consiguen cambiar ni de un milímetro las intenciones de Sánchez de crear un Estado privatizado a su servicio. Una operación que con la amnistía y las cesiones a los independentistas aparta a España del círculo de las democracias liberales sólidas y la incorpora al club de los populismos y cesarismos despóticos. Los españoles observan atónitos como el Sanchismo paso a paso está dinamitando sin escrúpulos la separación de poderes de la democracia liberal.

Nunca habríamos imaginado que un político, en la España actual y con el patrimonio de haber afrontado con tanto éxito una Transición modélica en el fondo y en la forma, atentara tan infamemente contra el estado de derecho para conservar el poder a cualquier precio y crear las condiciones para perpetuarse en este poder.

Muchos hoy empiezan a preguntarse, también en Europa, si esta manera de actuar de Sánchez no sea una variante de fascismo, visto, por poner un ejemplo, como la policía de Marlaska usó ayer gases lacrimógenos, pelotas de goma y botes de humo, iniciando una carga contra los madrileños que se manifestaban ante la sede socialista de Ferraz en Madrid.

Desde luego, todo esto tiene mucho de populismo, que por definirlo con palabras de Jaguaribe, es el ejercicio del poder por un liderazgo imbuido de una supuesta misión histórica que, en nombre del pueblo al que cree encarnar, actúa por encima de toda mediación y reparte a su arbitrio premios y castigos. Esta auto-investidura gracias a la compra de votos con dinero de los españoles tiene mucho que ver con la autocracia. Proclamarse jefe de uno mismo y de los demás con estos métodos es lo contrario de la democracia.

Un gobierno no se puede sostener si ha perdido la confianza de la gente y eso es lo que está pasando en España. La distancia es cada vez mayor entre la dirigencia política del Sanchismo y los ciudadanos, por mucha propaganda y por mucho apoyo que pretendan hacernos creer que tienen de la militancia. Son ya muchos militantes como el hermano gemelo de García-Page que están dejando el PSOE “sin posibilidad de cambio de opinión”. Es evidente que, aunque los medios subvencionados por Sánchez no lo cuenten o el periódico sanchista no lo muestre, el PSOE de hoy no solo va perdiendo el respeto de los ciudadanos sino también el apoyo de sus bases.

Los españoles quieren un futuro que no sea pura amenaza, un futuro en el que prime la justicia y no la prevaricación y la venganza; una sociedad más justa para todos y más libre para cada uno. Pedro Sánchez demuestra querer otra cosa.