Llega fin de año, fin de una rotación, fin de un ciclo. La vida son ciclos, ciclos en los que nacemos para vivir, vivimos para ser felices, la felicidad que debería ser un derecho pero el derecho es el mismo que todos tienen al nacer y que no todos consiguen.
El ser humano se preocupa de contar, todo cuenta, todo vale. Contamos el tiempo que un perdido planeta tarda en dar la vuelta a su estrella cuando debería contarse el tiempo por los momentos, momentos que nos llenan de felicidad, felicidad que nos lleva a la gloria, gloria eterna a Dios y a sus hijos en la Tierra cuando finaliza un año, una nueva rotación.
El mundo gira y gira para crear el marco de la vida, de nuestra vida, la vida que anhelamos y que con esfuerzos conseguimos. Comienza un nuevo ciclo, se tienen buenos deseos, deseos que nos llevan a hacer nuevos propósitos, votos para ser feliz, felicidad que pasa por dejar de fumar, fumarse la vida en cada bocanada, bocanada de aire, bocanada de vida, vida que buscamos en un gimnasio, gimnasio para el espíritu, el corazón y el alma, el alma que se pone en todo lo que se hace y se hace lo que se puede para tratar de satisfacer a todos, satisfacciones que no siempre son recompensadas, recompensas que alimentan las ilusiones e ilusiones que nos llevan a tratar de ser mejores, mejores con los demás, hacia los demás, con nosotros mismos y hasta con los desconocidos como desconocido es el mundo de los sentimientos.
Sentimientos... "Rara" palabra para expresar lo que anida en el corazón al que muchas veces escuchamos, sentimientos que nos llaman imponiendo su mecánica a la de la razón... ¡¿Cuántas cosas se hacen a golpe de corazón?! Desde aquel que desata su ira, su furia, hasta el perdón por las acciones más viles, desde el agradecimiento por lo que la vida nos da hasta la vida que, en muchas ocasiones, esos mismos sentimientos nos proporcionan.
Llega el nuevo año, nuevos propósitos, nuevas ideas, nuevas tentaciones, tentaciones veniales, aquellas que nos llevan a desear lo mejor en un mundo mejor... ¿Deseo o quimera? Las quimeras no dejan de ser realidades inalcanzables que con el esfuerzo de todos, de todos, se podrían lograr más allá de convencionalismos sociales y egoísmos. Nos detenemos a escuchar a los políticos -¿se escuchan ellos?- que rigen nuestro mundo sin pensar que no son ellos los que mandan sino que somos nosotros los que mandamos y ellos los que nos representan... Representantes del pueblo pero sin el pueblo, pero eso es política, política que tras su diplomacia esconde el advenimiento de la razón y de las promesas. Me aparto de ese camino...
Nuevas promesas de cara al año nuevo, año nuevo que nace, nacen los rituales en los primeros segundos del mismo, año de esperanzas, esperanza en cada una de las doce uvas, doce como los apóstoles, las constelaciones o las horas del días en sus dos ciclos, ciclos que se comienzan o que se cierran, cierre como el del “viejo” que pasó, pasó como las calamidades y los malos momentos, malos momentos que son parte del olvido, olvido que no es recuerdo, recuerdo que no es presente, presente que no es futuro, futuro inmediato que es este instante, ya, el ahora, ahora que es lo que somos, los que pensamos, lo que decimos, lo que sentimos, lo que sufrimos, lo que nos alegra o lo que nos lleva a buscar, eternamente, en esta vida y en la otra, la senda de la Felicidad, felicidad para los "animales" emocionales de la Tierra, felicidad para aquellos que se conforman con lo que tienen o los que nunca tienen suficiente, suficiente como el amor de los padres a los hijos o de la pareja que comienza.
Felicidad y amor, claves en la vida y la existencia, base de la amortización de algo tan importante como lo que yo les deseo, no sólo en estas fechas sino para siempre, que no es más que alborozo, regocijo, entusiasmo, exultación, alegría, exaltación, gozo, amor, placer, dicha, satisfacción, bienestar, comodidad, fortuna, confort, riqueza, abundancia, paz, placer, tranquilidad, ventura, conveniencia, regalo, suerte... Todo eso es la felicidad. Feliz año nuevo, feliz ciclo nuevo.