Felipe Juan Froilán de Todos los Santos (o antros, como prefieran) de Marichalar y Borbón la ha vuelto a liar. Esta vez ha sido desalojado de un ‘after’ en el que se han intervenido cachimbas y cocaína rosa. El local estaba ocupado (muy por encima del aforo permitido) por personas de diferentes edades aunque algunas eran menores. El local tiene licencia como sauna. Todo estupendo.
Cachimbas, cocaína rosa... Esto es un no parar. El Rey Felipe VI debe estar deseando que Froilán se suba en un avión que vaya directo a casa del abuelo, allá por el desierto y eso, y que se quede por allí treinta o cuarenta añitos. Froilán es el mejor ariete del régimen republicano en España.
Conviene recordar que este hombre es el cuarto en la línea sucesoria de la Casa Real. Y eso es serio. Conviene recordar que la ejemplaridad de la que hace gala el Rey Felipe VI se derrumba al comprobar que en casa las cosas no están colocadas (son tío y sobrino) y que el esfuerzo que hace uno lo destruye al otro en segundos. Conviene recordar que Froilán ha sido un pésimo estudiante, que se dispara en el pie, conduce regular y suele estar metido en líos (al menos tiene una mala suerte enorme porque siempre está en lugares problemáticos y según él ‘pasaba por allí y me pilló todo el follón’.
Pero, vaya, las cosas son como son. Al menos la criatura ha tenido tarjeta black y no ha tenido mala vida.
Por cierto, después de este ‘after’ Froilán fue a parar a otro local similar. Esta vez en un polígono industrial de Vallecas (barrio de Madrid) y disfrutando de un antro bastante cutre porque este no es ni parecido al primero del que fue desalojado.
Froilán podría frecuentar bibliotecas o teatros o campos de entrenamiento, pero no, Froilán prefiere dar la vida mártir a su tío. Froilán no tiene remedio. Pablo Iglesias está pensando en incluir en las listas de Podemos a Froilán. Sería lo más de lo más.