Hola Don Pepito, hola Don José

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19 mar 2020 / 21:08 h - Actualizado: 19 mar 2020 / 21:14 h.
"Ópera","Arte","Reformas","Feminismo","Coronavirus"
  • Juzgados de Sevilla. / El Correo
    Juzgados de Sevilla. / El Correo

Hoy a las 19h. una iniciativa ciudadana hará una balconada en honor de los Josés, Pepitos y Josefas y, por supuesto, en el día de los padres durante el enésimo confinamiento que promete alargarse, como mínimo, dos meses.

Ya hemos despedido a los Borbones, que no sé si el corona virus ha sido el momento elegido para cegar el escándalo que hace años ya denunciaron Centeno y Puente Ojea. Por cierto, da pena leer a Jesus Cacho, a quien conocí y admiré personalmente tras la edición de su libro El Negocio de la Libertad. No en vano los hechos –cien millones de euros de herencia para hijo y nietos del emérito- ya eran conocidos hace un año.

Los Despachos de Abogados de Familia hierven a llamadas de progenitores (en su mayoría padres) a los que sus ex parejas les niegan o someten a cambio de poder ver a sus hijos.

Pero hoy, de repente, la ciudadanía repara en los padres, los injustamente olvidados de las reformas del Derecho Civil, los apartados del 8 M, ese fenómeno transversal, que ha dejado a la izquierda con la sola “ideología” del feminismo; cediendo ese espacio a la ultraderecha, negadora axiológica de la igualdad.

Hoy pues tocaré las palmas, de forma que ninguna persiana, cierre o hueco sea taponado. Asi, les llegará a ellos –a esos enanos que tienen pesadilla con los virus, como nosotros en su dia con El Lute- que sus padres están ahí, pensando y abrazándoles en cada instante desde la distancia en una pelea contra unos jueces que siguen timoratos en la aplicación preferente de la custodia compartida.

Un Juzgado de Familia sevillano sigue sin dar una sola custodia compartida desde que se constituyó, salvo acuerdo; y otro de Huelva, regido en la actualidad por un abogado sevillano sustituto, aun permite que se pregunte a los padres si saben hacer un puchero o peinar a un niño o a una niña.

Las palmas de los que luchan por la supervivencia, los están poniendo a todos en su sitio.

A los eméritos, a los hijos y nietos favorecidos mediante fundaciones interpuestas; a nuestros políticos; a las maltratadoras, las que pegan y agreden a sus hijos o los amenazan con arrojarlos por las mismas ventanas de los aplausos; a los sanitarios, muriendo tras veinticuatro horas de atención diaria a quienes solo tienen miedo y ahogo en sus miradas. Por cierto, dónde están los Colegios de Médicos; dónde los facultativos y enfermeras exiliados a otros países por falta de medios.

No estaría mal que por un solo dia, se permitiera que las órdenes de incomunicación se suspendieran con el solo fin del contacto a través de abuelos y abuelas con esos niños exiliados de Dios, a los que estas palmas traerán la pista de otras historias posibles.

No sé si el castigo en forma de plaga, es una suerte de venganza kármica, especialmente contra Italia y España, tal vez por nuestras costumbres sanitarias o higienicas.

Pero al mismo tiempo, prevalezca nuestro arte, la creatividad; el genio y al talento.

Y, por supuesto, que esas mismas palmas suenen el Dia de la Madre.

Porque son también muchas las que lo merecen, especialmente las maltratadas que aun sonríen pese a la desgracia y humillación a que fueron sometidas y tampoco encontraron un hálito, ni una mano.

Suene pues la ópera, los aplausos que anegan los lamentos.

Waiting for a sunny day.