Hoyos

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01 feb 2017 / 18:44 h - Actualizado: 01 feb 2017 / 22:08 h.

Ahora que a las mentiras se les llama posverdad, que las palabras no representan ideas sino símbolos garabateados para que un showman de televisión los cuente al mundo, ahora es cuando la honradez en los comportamientos y las acciones se vuelve más transcendentes que nunca y es el concepto que subrayaba la actriz Mercedes Hoyos al recoger su premio ASECAN a la mejor actriz: la honradez que le enseñaron sus padres y sus tíos. La familia red que practicamos en Andalucía, en el sur, y que alumbró a esta excelente profesional que después de tanta honrada labor se reconocen sus muchos méritos en los premios del cine andaluz.

Mercedes es más que una actriz. Es una artista que distribuye talento y profesionalidad en toda la facetas de su vida artística: desde esa mujer rural que anda por la senda del alcohol y la desesperación, hasta la madre del torero que pasa de churrera a lucir la mejores galas o tantas otras que ha ido interpretando con franqueza y esfuerzo en su prolija carrera interpretativa.

También supo poner esfuerzo a los tiempos grises y moverse en el territorio del doblaje y la dirección de casting. Ella, que empezó de periodista de radio fórmula, alcanza ahora con el paso del tiempo esa espléndida verdad que solo los surcos de la superación nos traza en la piel y consigue que toda una profesión le reconozca como aquello que es: una maravillosa actriz que sabe trabajar en el mundo sin por eso dejar esta ciudad de tardes perdidas.

Si Sevilla fuera Hollywood y Andalucía California ahora estaríamos felicitándola por el gran premio y ella seguro que seguiría arrobada mirando a sus hijos Lucía y Pablo que tanto aprenden de su madre, sobre todo la honradez de los artistas de verdad.