La vida del revés

Juanma Moreno arrasa. El PSOE comienza el calvario definitivo

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20 jun 2022 / 08:40 h - Actualizado: 20 jun 2022 / 09:09 h.
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No ha sido ninguna sorpresa que Juanma Moreno Bonilla haya ganado de forma contundente las elecciones andaluzas. Son muchos los factores que han influido, muchas las señales que indicaban lo que podía suceder y un enorme número de errores por parte de sus adversarios políticos (incluido Vox), los que han ido construyendo una victoria histórica del PP en Andalucía.

Los votantes no son una banda de indocumentados. Los que pierden (sean los que sean) tienden a pensar que los otros están equivocados, que se informan con un panfleto o que son tontos de remate y se dejan engañar. Pero es falso. Los votantes somos todos y, entonces, todos tontos o todos listos. Y los votantes se han decantado de forma mayoritaria por la candidatura de Juanma Moreno Bonilla. Las excusas bochornosas o buscar razones en las cloacas de no sé dónde, está descartado.

Los mensajes que llegaban desde la izquierda advirtiendo que la sanidad pública desaparecerá la semana que viene, que los colegios van a cerrar o serán invadidos por curas y monjas o que los fascistas están atrincherados en cada esquina esperando el mejor momento para fusilarnos a todos, han fracasado. Ya ocurrió hace unos meses en Madrid. El miedo del votante no reposa en mensajes de manual sino en la realidad, en los problemas que unos resuelven y otros no, en la corrupción que desbarata una Comunidad Autónoma y no en la ensoñación de que todos los políticos son iguales. Han calado, sin embargo, los mensajes que llegaban (también desde la izquierda) al pelearse entre los diferentes grupos, al separarse unos de otros, al fragmentar el espacio sin remedio. También se vio el resultado en Madrid y nadie en la izquierda parece querer asumirlo. Por si era poco, la chulería, la sobreactuación y no saber de Andalucía más de lo que se puede apuntar en un confeti, ha dejado tocado a Vox. Olona se ha pasado de frenada en diversas ocasiones y eso, al final, siempre se castiga en las urnas. Vox ha perdido la mitad de los votos en Andalucía. El voto útil, la tendencia a desechar las opciones que llegaron desde los extremos, o ese castigo a la sobreactuación, ha dejado un mapa político más que interesante.

Juan Espadas no era el candidato idóneo. Un alcalde de Sevilla nunca será buena opción. Las cosas funcionan así; es un poco tonto aunque es así. Se dejó seducir por los cantos de sirena y ha perdido una batalla que le deja tocado políticamente. Porque si piensa que Pedro Sánchez va a hacer algo por él, se equivoca. Desde La Moncloa, ya se desvinculan del resultado electoral en Andalucía y dicen que los mismos que votan al PP son los que hacen presidente a Sánchez y los que le volverán a apoyar. Sánchez es un cínico. Si el resultado hubiera sido positivo estaría diciendo lo contrario y colgándose la medalla de ganador. Sánchez nunca pierde y los que le rodean siempre salen escaldados. Ahora, el PSOE tiene que cruzar un desierto muy extenso. Pasarán años y el PP seguirá gobernando en Andalucía. También se vio en Madrid desde el famoso ‘tamayazo’.

La izquierda andaluza se descompone. Han perdido diez escaños en conjunto. No tiene remedio. Y lo de Teresa Rodríguez es ya un chiste. Con sus dos escaños ha decidido seguir dando clases de andalucismo, de política sería y de no sé qué cosas más. Una duda: ¿Cómo queda lo del paso adelante de Yolanda Díaz después de este desastre?

Pedro Sánchez tiene un problema enorme que se llama Pedro Sánchez. Si no lo asume y trata de corregirlo bajándose del caballo de la arrogancia, perderá las próximas generales de forma apabullante. Aunque juegue a tratar de engañar a la gente, aunque tome por tontos a los votantes, tendrá que hacer algo para que sus mentiras y su forma de enfrentar la realidad no acaben con su partido de forma definitiva.

Hablando de pérdidas definitivas (esto ya no es una metáfora), Ciudadanos desaparece del mapa como estaba previsto. Otros que se lo han ganado a pulso.