Los medios y los días

La AstraZeneca no me ha hecho posmoderno

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30 abr 2021 / 04:00 h - Actualizado: 29 abr 2021 / 21:57 h.
"Los medios y los días"
  • La AstraZeneca no me ha hecho posmoderno

No hay que estar pendientes de que el rectorado de la Universidad de Sevilla nos conduzca a los docentes hasta el lugar del pinchazo, ¿qué paternalismo es ése? Escuché que a los profesores nos vacunarían en abril, luego que en mayo, luego que tal vez ni en esos ni en ningún otro mes, así que a buscarse los antídotos por cuenta propia, emprendimiento, emprendimiento. He oído por los medios que mis colegas quieren huelga porque no les aclaran el asunto. No sabía nada, sin querer me he convertido en un esquirol porque el jueves pasado me presenté en un centro de salud y le dije a las sanitarias de las mesas que quería vacunarme. Me pidieron el DNI y en un momento ya tenía la AstraZeneca metida en el cuerpo, la ATS me pinchó con un arte y una facilidad digna de Curro Romero cuando le salían bien las faenas. Le pregunté por los efectos secundarios leves y por los perversos, me los dijo y me fui, quince minutos al solito en la calle y luego a otra cosa.

Por el momento, no siento nada en mi interior, temía dejar de ser un reaccionario de izquierdas y convertirme en un posmoderno y tener que apuntarme en un gimnasio, comer vegano y pasear un perrito, escribir “los/las”, emplear la arroba como símbolo de mi pasión por el lenguaje inclusivo, decirle fachas a todos los que no hicieran lo mismo que yo, reírle las gracias a los islámicos, apiadarme de todos los negritos del mundo antes que de las personas que tengo más cerca, empezando por mi familia y siguiendo por mi país. Creí que iba a leer siempre los mismos medios de comunicación para que me dijeran todos los días lo mala que es la derecha, tragarme las pamplinas reiteradas del Gran Wyoming, las manipulaciones progres de García Ferreras o de Cintora o las entrevistas de Ana Pastor; quedarme sin dormir con tal de ver la entrega de los Oscar, besarle el trasero a Biden, odiar a Putin porque no les da cancha a los homosexuales, incluso ir a ese acto presuntamente revolucionario llamado Día del Orgullo y por supuesto al otro, a la manifestación del 8 de marzo.

Como aún no han pasado 48 horas estoy con el alma en vilo porque en cualquier momento se me pueden presentar deseos posmodernos. Mientras espero a ver qué pasa les cuento que una hora después de pincharme se lo dije a un médico y empezó a despotricar contra los medios. Me comentó: “Mira, los trombos, si aparecen, se producen sobre todo en mujeres jóvenes que fumen mucho y tomen pastillas anticonceptivas, pero como decirlo en los medios de manera machacona es machista, ahí que andan confundiendo a la gente”. El galeno tendrá sus razones, pero discrepo: los medios dicen de todo porque los científicos opinan de todo y eso es positivo para el presente y para el futuro ya que gracias a los medios podremos comprender el ambiente en el que se desenvolvió esta pandemia cuando pase si es que pasa porque ahora que podemos salir de Sevilla no tenemos playa, vaya, vaya. El pueblo soberano no se merece esto, ni Semana Santa, ni Feria, ni playa, ni nada, ¿qué va a ser de estas criaturas?

Cuando llegué a la mesa y dije que iba a vacunarme miraron en una lista en la que debería estar pero no estaba. “Oiga, ¿usted es de la Seguridad Social o de una empresa privada?”. “Soy funcionario, de Muface”. “Ah, por eso no está usted aquí, usted debió comunicar a la Seguridad Social su cambio”. “No lo sabía, ¿eso no lo puede hacer Muface o la Seguridad Social?”. “Je, je”.

De manera que soy profesor funcionario desde 1995 y aún no constaba hasta ayer, supongo. La sanitaria me apuntó a mano en la lista y tras la aplicación de la vacuna me dio cita para el siguiente pinchazo: 21 de julio de 2021 después de Cristo. Si no llega a ser porque especificaba la hora le hubiera preguntado lo mismo que le preguntó Paco Gandía al señor que le dijo que si quería un puesto de trabajo volviera dentro de un año o dos: “El 21 de julio, vale: ¿por la mañana o por la tarde?”. Esto de vacunarse a plazos va a ser como el psicoanálisis que se sabe cuándo empieza pero no cuándo acaba. Ya tengo mi vacuna, ahora a seguir impartiendo clases semipresenciales en la universidad que, por cierto, en mi opinión y según mi experiencia, son un auténtico despropósito.