Los medios y los días

La Inquisición vuelve a la universidad

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31 ene 2023 / 04:00 h - Actualizado: 31 ene 2023 / 04:00 h.
"Los medios y los días","Pablo Iglesias","Isabel Díaz Ayuso"
  • Díaz Ayuso en la Complutense de Madrid. / EFE
    Díaz Ayuso en la Complutense de Madrid. / EFE

Una inquisición de izquierdas y de derechas radicales puede destruir lo más sagrado que tiene la universidad pública: la libertad de cátedra derivada de la libertad de pensamiento y expresión. Esta nueva inquisición podría expresarse libremente si lo hiciera sin despreciar y agredir a quien no está de acuerdo con ella, pero, claro, entonces no sería inquisición. Ambas proyectan mensajes que acaso estén ya superados por los hechos y la realidad histórica y por ciencias transversales a la Historia, pero nada es incuestionable ni censurable en la universidad y cuando digo nada es nada, porque libertad de pensamiento, de expresión y de investigación, como madre, no hay más que una, lo que no se puede es emplear el quítate tú para ponerme yo y además te aparto con formas violentas y encima me voy de rositas porque hay unos inquisidores máximos que me cobijan.

La inquisición de una izquierda violenta y desesperada que tal vez no acaba de deglutir su derrota en la Historia la hemos visto en la Complutense con Isabel Díaz Ayuso. Nos fastidie o no, esa señora –que vale más que Feijóo y que está siendo víctima del eterno estado dubitativo del PP y de ser mujer joven- ostenta un cargo relevante y una trayectoria política indudablemente positiva. Podría dudarse si se merece o no el título de ilustre pero no porque sea del PP o de derechas o porque apueste por la empresa sino porque si ha estudiado comunicación y periodismo uno es ilustre cuando logra metas a las que llamamos importantes en aquello para lo que ha estudiado. No tengo noticias de que Ayuso sea una gran comunicadora o una gran periodista o estudiosa de la Comunicación. Pero, en fin, en la Complutense han decidido concederle ese título y ellos sabrán si ser presidenta de Madrid es ser ilustre en Ciencias de la Información.

Más motivos para ser ilustre tiene Pablo Iglesias que estudió ciencias políticas también en la Complutense y en lugar de darle el título por haber llegado a ser vicepresidente del gobierno de España le mandan a sus clases a la inquisición de derechas utilizando al periodismo y a un periodista infiltrado en sus clases de relaciones internacionales.

El inquisidor máximo esta vez fue el diario de ultraderecha OKDiario, encabezado por Eduardo Inda. Iglesias e Inda no es que sean rivales o personas de ideas contrapuestas, es que se odian, representan la España de 1936, la de la guerra civil, la de los dos sujetos que se tratan a garrotazos en la ilustración de Goya, y nos transmiten a los demás sus odios. Se han quedado en el deseo de una revolución pendiente –cada uno desde sus posiciones ideológicas- que capta a mucho personal –OKDiario es una medio nativo digital con notable implantación-, una revolución que no va a llegar nunca, viven para la distopía y para la utopía, es decir, para imaginarios, y se traen entre manos un enfrentamiento cainita que se ha convertido en inquisitorial, que todos estamos pagando, porque Iglesias está detrás de las agresiones a Ayuso e Inda detrás de que un “alumno” que es un periodista enviado por OKDiario, grabe las clases de un profesor –no sé si con su permiso- para condenar públicamente sus ideas y colocarlo ante la opinión pública como un proscrito que admira a China, que habla de revoluciones violentas o que rechaza el sistema mercantil.

Pues sí señor, eso es la libertad en la universidad pública, yo no estoy de acuerdo con la forma de dar clase de Iglesias, creo que no es académica, pero es su libertad de cátedra y las universidades públicas son autónomas y tienen sus propios órganos de decisión a todos los niveles para tratar el caso, no necesitamos inquisidores que quemen en una hoguera pública mediática a nadie.

Cuando Iglesias termina su clase puede llegar otro profesor contrario a sus planteamientos, ultraliberal, y en eso consiste el enriquecimiento de quienes acuden a una universidad pública, no en la elección cuidada y en el enchufe que utilizan las privadas para adoctrinar en un totalitarismo mercantil a sus alumnos. Eso por no hablar del adoctrinamiento en colegios privados aún pagados por el Estado o sin pagar, porque lo primero que se debe cumplir en un país es su Constitución, no las doctrinas ortodoxas de unos y otros.

Esto ya se está pasando de castaño oscuro, como dice el dicho andaluz. España no puede seguir por este camino. Gane quien gane en mayo y en diciembre, cada vez estamos más cerca del desastre si no se paran a pensar estos inquisidores en lo que están haciendo o no los detenemos entre todos.