«La isla de las tentaciones»: Gala 2, la dignidad por los suelos

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15 ene 2020 / 08:14 h - Actualizado: 15 ene 2020 / 08:15 h.
"Opinión","Televisión"
  • Los participantes de ‘La isla de las tentaciones’. (Mediaset)
    Los participantes de ‘La isla de las tentaciones’. (Mediaset)

«La isla de las tentaciones» es uno de esos programas en los que la dignidad de las personas se retuerce, se exprime como si fuera un limón, se pisotea, se hace añicos. Es uno de esos programas que resultan ser un insulto a la inteligencia que duele a cualquiera que tenga un mínimo de eso, de dignidad.

Concursar en la televisión con la excusa de comprobar si tu relación de pareja es auténtica, a prueba de bombas y sana como una manzana, ya tiene un punto de estupidez. Airear las cosas de alcoba frente a millones de personas solo lo puede hacer el que no respeta a su pareja ni a sí mismo.

Al concurso se han presentado cinco parejas. Andrea e Ismael; Fiama y Álex; Fani y Christofer; Adelina y Jose; Susana y Gonzalo. Quieren saber si están hechos el uno para el otro (los integrantes de cada pareja entre ellos y sin revolverse con los otros, claro). Y para ello los cinco chicos se meten en una casa con un grupo de damas guapísimas que andan en ropa de baño, se insinúan descaradamente, bailan, beben y disfrutan el momento. Y para ello las cinco chicas se meten en una casa con un grupo de jóvenes varones guapísimos que andan en ropa de baño, se insinúan descaradamente, bailan, beben y disfrutan el momento. Aunque, sobre todo, se pasan las horas diciendo idioteces. Por ejemplo, uno le dice a otra: Te voy a definir con dos palabras. Eres brutal dulzura. Serías una gran madre. (Y ella comienza a levitar agradeciendo algo tan bonito que, por cierto, no tiene sentido alguno y es una hortera de cuarta que tira de espaldas) Todo está preparado para destrozar egos, seguridades inquebrantables, amores verdaderos, autoestimas e historias maravillosas que se revestían (hasta ahora) de amor. Qué emoción.

El discurso de los concursantes es patético. Les cuesta a todos unir dos ideas sencillas y tiran de frases hechas, chascarrillos y estereotipos para salir del paso. Es desolador pensar que esto es lo que interesa a una parte importante de la audiencia televisiva.

De momento parece que todos aguantan bien. Aunque hay imágenes que delatan actitudes sospechosas, nadie quiere cometer errores prematuros. Entre otras cosas para no hacer el ridículo un poquito más. Las relaciones son superficiales, vacías, como de cartón piedra y eso. Les mantendré informados.