Opinión

Ramón Reig

La izquierda se une y aún está separada

La izquierda se une y aún está separada

La izquierda se une y aún está separada / Ramón Reig

Se ha unido en Andalucía la izquierda a la izquierda del PSOE ahora que vienen elecciones. ¿Se hubiera unido sin elecciones? Bueno, no se han unido, se han “reunido”, aún tienen que elaborar un programa electoral y luego discutir por los puestos en las listas. La información que del tema ofrecía Eldiario.es, firmada por Daniel Cela, no tenía desperdicio, es más, conforme iba leyéndola me daba la impresión de que me hallaba ante una telenovela, ante la construcción de la Torre de Babel o ante la ONU de Andalucía, parte izquierda.

Como es costumbre ancestral, la izquierda está dividida también en Andalucía, lo que no quería creerme, a pesar de que lo supiera, es que estuviera tan, tan dividida. Seis formaciones más la de Teresa Rodríguez que no ha entrado por el aro: IU, Podemos, Más País, Verdes Equo y otras dos formaciones menores, la andalucista Iniciativa del Pueblo Andaluz y la ecologista Alianza Verde. “Juntos acaparan el 85% del tablero político andaluz a la izquierda del PSOE -afirmaba Eldiario.es-, aunque sólo las dos primeras han tenido representación parlamentaria”. La citada cabecera indicaba: “la última vez que las izquierdas se unieron, hace tres años, acabaron en una guerra civil con expulsiones y acusaciones de “transfuguismo”.

Y añadía: “Un séptimo partido -Andalucía por Sí (AxSí)- también prevé sumarse al pacto en 48 horas, tras consultarlo con su ejecutiva. Queda fuera, por autodescarte, la otra coalición progresista y andalucista, Adelante Andalucía, que encabeza la líder de Anticapitalistas, Teresa Rodríguez”. O sea, que tenemos siete partidos a la izquierda del PSOE y con el PSOE -que también dice ser de izquierdas- ocho, sin contar por ejemplo al Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE-PCPA) o a Reconstrucción Comunista, de Roberto Vaquero.

Por lo visto, Teresa Rodríguez y su parcela no quieren entrar en el club porque se niegan a pactar con el PSOE, lo cual quiere decir que, de izquierdas, de izquierdas, es sobre todo Adelante Andalucía, la formación de Rodríguez, porque el PSOE es la izquierdecha y estaba en la otra orilla, enfrente a la de Anguita que seguramente hubiera contemplado con buenos ojos esta operación aunque veremos en qué acaba. Eldiario.es constataba sobre Teresa Rodríguez: “La gaditana es igual o más beligerante con el Gobierno de Sánchez, pero rechaza de raíz cualquier posibilidad de integrarse con el PSOE en una coalición”.

Para empezar, ya ver este panorama me provoca un estado entre de decaimiento y cómico. Eso es por la edad, si bien veo a mi admirado y querido Sebastián Martín Recio ahí en la pomada y nada más que por eso espero que la operación tenga algún éxito, pero sólo alguno, porque me dan escalofríos pensar que este personal pueda llegar -ahora- a gobernar en Andalucía. No hay respeto por Andalucía ni por el progresismo si ya, de entrada, se ofrece este panorama que estaba ahí desde hace años, con fricciones numerosas, desgajamientos, divisiones dignas de la película La vida de Brian. Veo al PCA por un lado y a IU por otro, a unos Verdes en un lado y en otro y eso, por no desgajar más el acontecimiento, de por sí ya es significativo porque, sin ir más lejos, en IU siempre ha habido quien deseaba la desaparición del PCA.

Si desean comprobar la decadencia de la izquierda en Andalucía no se acuerden sólo de que el andalucismo -una izquierda moderada que se llamó Partido Socialista de Andalucía que luego giró al centro-izquierda, con el nombre de Partido Andalucista-, llegó a tener diputados en Las Cortes y en el Parlament de Catalunya y luego se coaligó con el PSOE en el gobierno de la Junta para desaparecer poco después. No se conformen con eso y otros hechos. Lean además la novela de Felipe Alcaraz, Los últimos días de la izquierda (Almuzara). Se trata de algo más que una novela, es un testimonio de alguien que ha estado en el centro de la vorágine política en general y de la de la izquierda en particular. Muy criticado Alcaraz por no pocos de sus camaradas porque la izquierda no necesita enemigos, los tiene dentro, pero eso es una constante en la política, sea el partido o la ideología que sea. Por encima de todo, se trata de seres humanos.

Uno, que ha tenido y tiene su corazoncito aún bastante sensible, resultó muy afectado por la lectura de ese libro. Ahora me gustaría alegrarme con esta nueva coalición non nata del todo aún. Es demasiado tarde, ya no creo en imaginarios. Primero me libré de Dios, luego del resto de las fantasías. Aunque algo permanece siempre: “Donde candela hubo, algún rescoldo quedó”.