La Madrugada y el bien del Pueblo de Dios

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17 mar 2023 / 04:00 h - Actualizado: 17 mar 2023 / 04:00 h.
"Cofradías","La Paz","Los Gitanos","El Sol","Cuaresma 2023"
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Mucho se ha escrito sobre la reforma que el Consejo ha realizado para este año en la nómina de las Cofradías, y mucho más, sobre el malestar que ha generado en las Hermandades de diversos días, y de forma concreta en la Madrugada. La Hermandad de los Gitanos emitió un comunicado, reclamando el puesto que por historia le corresponde en el mencionado día. Preguntado sobre ello en una entrevista, el Presidente del Consejo afirmó que el lugar histórico no es un axioma que hoy haya que seguir. Nada nuevo bajo el sol.

Corría el año de 1972 cuando el Teniente Fiscal del Arzobispado, informaba sobre un expediente iniciado a instancias de la Hermandad de los Gitanos, acerca del orden de las tres últimas Hermandades del citado día. Entre sus conclusiones, exponía que “...nos parece que ha quedado claramente probado un hecho, (...) y ciertamente la más antigua en hacer la estación de penitencia en la madrugada del Viernes Santo es la de Triana, siguiéndole en antigüedad la de los Gitanos y siendo la más moderna en el desfile procesional en ese día la del Calvario.” Tras ello, seguía argumentando que “El Legislador (...) tiene que tener ante sus ojos no solamente el derecho de una corporación, sino el bien común del Pueblo de Dios y este bien común exige, a veces, que el derecho particular sea pospuesto en beneficio del derecho y del bien pastoral del Pueblo de Dios, pues puede ocurrir que la defensa de los derechos particulares, legítimos ciertamente, lleven consigo un detrimento de la paz y la concordia entre los fieles...”. Tras este “luminoso informe”, definición literal del entonces Arzobispo en su Decreto, el orden quedó como estaba establecido y hoy conocemos, pero su lectura cobra actualidad tras los últimos acontecimientos, y nos permite sacar algunas conclusiones.

Al igual que entonces, el Consejo ha tomado la decisión de que no sea el orden histórico un axioma a seguir, o al menos que no sea el único y primordial, sino que estableciendo unos criterios, intentar buscar el interés general, el tan anhelado bien común del Pueblo de Dios. Antes, esto afectaba a pocas Hermandades, mientras las demás miraban el hecho desde la distancia, pero ahora le puede afectar a cualquiera de ellas. Y como se suele decir en castizo: El patio está revuelto.

Lo que habría que preguntarse es, cuál es hoy el bien del Pueblo de Dios. El orden de la nómina, un horario o itinerario concreto, no es algo fundamental en nuestras estaciones de penitencia. Lo que antes era positivo por determinadas circunstancias, ahora puede no serlo, por lo que habrá que discernir el signo de los tiempos. Si, por ejemplo, organizando la nómina por orden histórico se atiende más al bien común que se perjudica; ¿tiene sentido no establecerlo así?

Hace pocos días, escuchaba de un predicador, que nuestro Arzobispo en un retiro decía que cada uno de nosotros llevaba consigo un currículum de agravios: ese no me ha mirado, me dio la espalda, no se interesó por mí... Al oírlo, pensé que las Hermandades tienen el suyo particular: no consideran nuestro esfuerzo, no tienen en cuenta nuestras propuestas, ignoran nuestros derechos, etc. Y seguía instruyendo el predicador, que para cambiar y mejorar hay que comenzar de nuevo, hacer borrón y cuenta nueva, porque seguir con ese catálogo de agravios, no lleva a nada bueno.

Efectivamente, nada bueno ha traído en cuanto a relaciones entre Hermandades se refiere. Ya se apuntaba hace más de 50 años en el citado informe, cuando advertía que la defensa de los derechos particulares, puede suponer un detrimento de la paz y la concordia. Y así estamos, en medio de una sociedad cada vez más desacralizada, salimos a los medios con desunión, deshaciendo relaciones, suspendiendo la convivencia, rompiendo el buen espíritu que debe existir, o derramando ríos de tinta que nada suenan a lo que se espera de nosotros. Las Hermandades son instituciones religiosas donde se predica el perdón, la misericordia, la paz, la humildad, y donde se nos recuerda en palabras de San Juan, que nos conocerán como discípulos de Cristo si nos amamos los unos a los otros. Y nosotros, venga ruido...¿Qué ejemplo estamos dando?