La situación del Rey Juan Carlos II

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14 nov 2022 / 09:45 h - Actualizado: 14 nov 2022 / 09:47 h.
"Monarquía","Rey Juan Carlos"
  • Juan Carlos I. / EFE
    Juan Carlos I. / EFE

No he otorgado un nuevo número romano a nuestro rey emérito, es que, como ya escribí sobre su situación, y hoy vuelvo a hacerlo, titulo como segunda parte.

Hay una magnífica serie circulando por las plataformas, llamada “Salvar al Rey”. Que bien hecha está. He visto los tres capítulos, y desde el guión, hasta el nivel de las personas que intervienen, pasando por una cuidadísima escenografía, todo resulta de diez. Trata sobre las diabluras de nuestro rey, que no era un santo, y soslaya -no es la temática a tratar- su legado político durante la transición y el 23-F, al que solo se refiere de pasada. Vaya, vida, que se pegó, don Juan Carlos, madre mía. No se pude sentir indiferencia ante lo que ahí se relata, o genera indignación o envidia (sana o no sana, que cada uno lo valore).

Un periodista, de los que participaron en la captación de las imágenes del rey desnudo, en la cubierta superior del “Fortuna” en una cala en Mallorca, relata el episodio. Cuando hubieron tomado las fotos, a las pocas horas, fueron al Club Náutico de Palma y allí se encontraron con don Juan Carlos. Les llamó aparte, y lo primero que les preguntó fue “¿Qué, como la tengo?” “¡Ja, ja, ja! Se que habéis sido vosotros -les dijo- porque había alli un montón de maleza y tenéis todos las piernas arañadas. Lo siento chicos, os felicito como paparazis, pero nadie os las va a comprar. No obstante, acercaros aquí y tomamos algo y me contáis como lo habéis hecho” A ver, tampoco pillar a una persona desnuda en su intimidad, y pedir dinero por tal hazaña, es algo encomiable. Es una zafiedad. De modo que, en la guerra, cualquier agujero es trinchera: el fotógrafo luchó con sus armas, el rey con las suyas, y no hubo jaque al rey.

Por otra parte, estan las amantes. Casi nadie se acuerda de la reina Sofia, y me causa mucha pena su papel, pero ahí, los cuernos son libres y allá quien los ponga, los tolere, o no. Moralmente desde luego, no es ejemplarizante, todo lo contrario.

Ahora bien, dejémonos de sandeces: quien vea la serie y no hubiese deseado ser don Juan Carlos, miente como político en campaña. Y en cuanto a las señoras protagonistas, hay de todo.

Hubo una primera relación con una fotógrafa, que empezó con encuentros sexuales en medio del campo en una furgoneta, (bueno, no había picadero y cuando las ganas aprietan...). Ésta señora se convirtió en una sincera amistad con el paso del tiempo. Después vinieron una de Mallorca, la vedette y Corina. ¡Je! ¡Vaya tres piezas! O, mejor dicho, vaya golfas. Las tres pidiendo dinero para callar la boquita, y resulta que nadie las pone como los trapos. Las tres tienen un nombre. De alto nivel, pero un nombre, sobre todo la última.

Y por último está el asunto del dinero. El que da en el clavo, es un señor que sale al final, que explica lo que le recomendaría al rey si fuese su asesor fiscal, ya que todo el que tiene dinero escondido tiene un problema para gastarlo: lo tiene que aflorar. Y la recomendación sería, irse a un paraíso fiscal, permanecer allí hasta ganar la condición de residente en el paraíso, sacar después la pasta limpia y en paz. Nadie puede tocarle un pelo. Los emiratos, son paraísos fiscales.

Como ya dije, si tiene una bolsa repleta de oro robado, que se sepa. Y si tiene que volver esposado, que sea. Si es él, quien no quiere venir, que se explique y sabiendo esto, con mas motivo aún. Pero como dijo Alfonso Guerra, que no se muera en los Emiratos, porque haremos el ridículo a la española.