La vida del revés

La tercera Guerra Mundial, María Pombo y la Marea Fucsia

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16 nov 2022 / 08:22 h - Actualizado: 16 nov 2022 / 08:24 h.
"La vida del revés","Guerra en Ucrania"
  • Foto: E.P.
    Foto: E.P.

Han caído dos misiles en suelo polaco; es decir, en suelo OTAN; que han acabado con la vida de dos personas. Ha ocurrido muy cerca de la frontera que separa Polonia y Ucrania. Hasta ahora, nadie se atreve a decir ni una palabra de más debido a que un desliz puede ser el detonante perfecto para una tormenta también perfecta. El presidente de los Estados Unidos de América se ha apresurado a decir que es poco probable que los misiles fueran lanzados desde Rusia ya que la trayectoria así lo indica. Muy bien, estamos ante un punto de inflexión y hay que superarlo como se pueda. Así están las cosas.

Sin embargo, la realidad parece que no va con nosotros. Es como si viviéramos en un universo paralelo en el que lo importante son esas cosas que ocurren en los programas de televisión, esas pequeñeces que se hacen grandes hasta convertirse en nuestros problemas más enormes y, en realidad, minúsculos (¿qué es más importante para usted la guerra de Ucrania o pensar dónde pasará la Nochebuena esta próxima Navidad? ¿Cuántas veces ha enviado un mensaje para votar a su participante de reality favorito? ¿Y para aportar ayudas en Etiopía?). Al escribir esta columna, algunos de los asuntos de mayor interés en Twitter son ‘María Pombo’ (ni idea de quién es esta señora), ‘Brad Pitt’ (un actor muy guapo), ‘Mundial de Qatar’ (fútbol, fútbol y más fútbol, para olvidar las penas), ‘Tercera Guerra Mundial’ (todo tipo de memes y bromas), ‘Marea Fucsia’ (me pierdo y no sé ni quiero saber qué diablos es esta chorrada), ‘#IreneMonteroDimision’ (siempre es TT, ya es un clásico)... Todo en orden. Si las redes sociales son un reflejo de nuestro grado de despreocupación por la realidad, ya podemos afirmar sin miedo a equivocarnos, que estamos apañados.

Y, mientras, las bombas dejan sin electricidad a otros siete millones de ucranianos; matan a personas inocentes y comienzan a ser la locomotora económica de algunos países fabricantes. Efectivamente, estamos apañados.