Inundan mi alma
de una dulce tristeza
las buhardillas
Me hacen soñar
con cosas olvidadas
tras las ventanas
Refugio de niños
en castillos soñados,
siestas de agosto
Un viejo baúl
con las muñecas rotas
triciclos cojos
En viejas reliquias
con el paso del tiempo
se han convertido
Tras los pestillos
murmullo de amores
tal vez compartidos
Las buhardillas
hechas de pizarras grises
o tejas rojas
Ventanas rotas
dejan pasar el aire
y las alondras.