El lichi, litchi o también conocida como ciruela china, es una fruta dulce considerada una de las más exquisitas debido a su sabor y textura. Se trata de una pequeña esfera blanca de notas dulces parecidas a la uva que se esconde bajo una piel dura y rugosa.
Su desarrollo es favorable en zonas subtropicales, por tanto, su cultivo está extendido en otras zonas como China, India, Pakistán, Filipinas, Vietnam, Taiwán, Tailandia, Brasil, Australia, zona sur de África, Madagascar, etc.
Este exótico fruto ha conseguido embelesar a los paladares más exquisitos y es que, además de su dulce sabor, es un alimento con alto contenido en agua, lo que hace que su aporte calórico y de grasa sea bastante bajo (5 unidades oscilan entre las 60 y 75 calorías), convirtiéndola en una fruta ideal para la pérdida de peso o para mantener la línea.
En cuanto a su aporte de minerales, esta fruta destaca en potasio, “el cual es necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso, para la actividad muscular normal e interviene en el equilibrio del agua tanto dentro como fuera de la célula”, explica para PulevaSalud la farmacéutica, tecnóloga de los alimentos y diplomada en nutrición, María del Carmen Moreu.
También es fuente de magnesio, “el cual se relaciona con el funcionamiento del intestino, nervios y músculos, forma parte de los huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante. Aporta también calcio que es esencial para el mantenimiento de los huesos, para el crecimiento en general, funciones estructurales y participa en funciones del sistema nervioso”, añade.
Además, es rica en vitamina C, “la cual interviene en la formación de colágeno, huesos y dientes, glóbulos rojos y favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a infecciones”, afirma la experta. No obstante, también es de destacar el alto contenido en fibra de sus semillas y pulpa que convierten a este fruto es un perfecto laxante natural.
“Al poseer bajo contenido en grasa, ausencia de colesterol y ser fuente de vitamina c que inhibe la oxidación del colesterol malo (LDL), impidiendo que éste se deposite en las paredes de los vasos sanguíneos; hacen de este fruto un alimento ideal para utilizar en casos de hipercolesterolemia, hipertensión y riesgo cardiovascular”, concluye.
Podemos encontrar los lichis frescos en los meses de noviembre, diciembre, enero y febrero, siendo esta la mejor forma de consumirlos. El resto del año se puede recurrir a las conservas, aunque aumentaría su valor calórico y de azúcares de absorción rápida debido al almíbar.