Viéndolas venir

Lo que nos traen los niños

Image
Álvaro Romero @aromerobernal1
05 ene 2021 / 14:55 h - Actualizado: 05 ene 2021 / 14:57 h.
"Viéndolas venir"
  • Lo que nos traen los niños

El sosegado, suave y elegante descubrimiento de que los Reyes son los padres se parece a esa conquista de saber por fin que la vida es más bella por sí sola de lo que nos contaron ciertas ficciones cuarteadas. Luego está esa prudencia de los hijos de hacerse todavía los crédulos para no defraudarnos a los padres. Sí, la vida es maravillosa.

Y lo es a pesar del empeño de los adultos por arrebatarles antes de tiempo esa ilusión que acumula tensión, intriga, magia y regocijo en una noche en la que puede pasar cualquier cosa, pero siempre fantástica. La sociedad se empeña con todos sus medios, que cada vez son más, en levantarles la liebre de la ilusión cada vez más tempranamente, por pura saturación, no solo de regalos –mientras ellos terminan jugando con las cajas de cartón y los corchos del envoltorio-, sino también de fechas, lugares y carguitos. Porque no hay comercio que no aproveche para incluir su verdadera y auténtica misiva a los Reyes en su catálogo de juguetes con sus precios más IVA, ni institución que no coloque a su verdadero paje con su buzón de cartas directas a sus majestades. Tantas veces nos ha ensombrecido la melancolía del fin de todas esas cartas...

Ya lo que faltaba es que a Melchor, Gaspar y Baltasar los encarnasen los peores ejemplares que no deberían ser ejemplos de nada y para nadie, que los promocionasen en los centros comerciales no con sus exóticos nombres orientales, sino con sus vulgares motes de refrito plató televisivo y que los pequeños no contemplasen Epifanía alguna, sino la continuación de un mundo desprovisto de magia en el que todo es triste cuestión de dinero.

Menos mal que los niños siguen haciendo todo lo que está en sus manos para mantenernos cada año la ilusión de que los ilusionamos.