Opinión

María Graciani

Longevitalidad

La docuserie de Netflix Vivir 100 años: Los secretos de las zonas azules, furor en la plataforma.

La docuserie de Netflix Vivir 100 años: Los secretos de las zonas azules, furor en la plataforma. / María Graciani

«¡Esto es vida!» -pensé, llena de energía, mientras paseaba con Atila, mi simpático Pastor Alemán, por el olivar del Zaudín-. Claro que todo depende de lo que entendamos por vida, en mi caso, es esa energía que te hace estar conectado con la existencia, sí, momento trascendental pero... ¡Es verdad! El sol, los mares de árboles, los lagos, los animales, la meditación, el descubrir los distintos senderos... Te lleva a conectar con tu yo verdadero, de hecho, podríamos decir que así empezó todo, al principio de los principios éramos solo la naturaleza y nosotros, gracias a ella avivamos nuestro ingenio tanto para aprovechar sus virtudes como para sortear sus peligros, así nuestros cuerpos y nuestras mentes se mantenían activos, quizás esa sea una de las claves de la longevitalidad...

Vivir más pero, sobre todo, vivir mejor

«¿El qué?» -puede que estés pensando-, te lo repito: lon-ge-vi-ta-li-dad. Me encanta jugar con las palabras y nuestro paseo de 2 horas por el olivar me inspiró este concepto, híbrido de longevidad y vitalidad, o lo que es lo mismo, la «longevitalidad» vendría a describir la idea de vivir más y vivir mejor.

Es curioso como la hipertextualidad mental se pone a trabajar en seguida... Justamente un par de días antes, había visto un documental titulado «Vivir 100 años: los secretos de las zonas azules» (totalmente recomendable) en el que el escritor Dan Buettner nos traslada los hallazgos de sus viajes a los cinco lugares del mundo (»zonas azules») donde habitan las personas más longevas de la tierra. No te haré mucho spoiler (es mejor que la veas) pero sí te diré que uno de los secretos para disfrutar de una vida larga es la actividad, pero una actividad con apellido: natural. No se trata de ponerte a entrenar como un loco sino de realizar una actividad natural: pasear, hacer jardinería, subir escaleras, limpiar, colocar cuadros...

Y ahí estaba yo, paseando por el Olivar, realizando mi actividad natural «al cuadrado», ya que paseaba por la naturaleza, sumando años de vida a mi existencia, «¿llegaremos a centenarios, Atila?», mi perruno está entretenido persiguiendo a unos pájaros, supongo que también computará como actividad natural...

Si a esto le sumas el tener un propósito, comer solo hasta que estés lleno al 80% y cuidas tus relaciones sociales, estarás nutriendo una magnífica rutina diaria que te llevará a disfrutar de una vida centenaria.

Recuerda, para alimentar tu «Longevitalismo», ¡no lo demores, empieza hoy mismo!