Cualquiera que se dedique a la política en España y se presente como candidato en unas elecciones, sean cuales sean, estará rezando todo lo que sabe esperando conseguir los peores resultados de la historia de su partido. Sí, definitivamente, perder las elecciones rozando el ridículo se ha convertido en un chollo.
El pasado domingo por la noche era curioso ver a los candidatos que se habían presentado en Madrid saludando desde el balcón; era curioso porque habían perdido con claridad las elecciones. No sé qué celebraban exactamente. Tal vez que la paliza era de consideración aunque no mortal. Es cierto que todo indica que gobernarán, pero un poquito de decencia no está de más en algunas ocasiones.
Pedro Sánchez logró sentarse en el despacho del Palacio de La Moncloa con un número ridículo de escaños en el Congreso de los Diputados. Después de conseguir un resultado que hubiera costado el puesto al más pintado en cualquier país europeo, Sánchez logró ser presidente del Gobierno de España. Unos peores resultados de la historia más que fructíferos.
Juanma Moreno Bonilla ha ido de mal en peor desde que se hizo cargo de los mandos del PP andaluz. Si unos resultados electorales eran malos, los siguientes eran peores. Y con los más nefastos de la historia del PP en Andalucía, es presidente de la Junta. De la mano, eso sí, de la extrema derecha y en coalición con un partido que ya nadie sabe qué es o qué representa. Resultaba impensable que un político con unas limitaciones más que acusadas, que un político convertido en un naufrago de las urnas; pudiera conseguir ese objetivo tan importante. Ha sucedido a la luz de los peores resultados de la historia.
El pasado domingo se ha vuelto a producir este milagro con el que se multiplican los votos y los escaños en distintos puntos de España. El ejemplo más llamativo es el de esos políticos que celebraban no sabemos qué a los que me refería. Es llamativo porque se trata de candidatos flojísimos de tercera categoría que se van a convertir en presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid y en alcalde de la capital de España. Han sumado menos votos que nunca antes en la historia del PP madrileño.
Los peores resultados de la historia son lo más de lo más.
Es tremendo pensar que, no hace mucho tiempo, en el PP pedían casi con lágrimas que fueran las listas más votadas las que gobernasen. Hoy se conforman con un segundo puesto que resulta ridículo y con normalizar un pacto con la extrema derecha.
También cuesta trabajo saber que esa ultra derecha española va a intentar marcar los tiempos a los partidos de derecha que gobiernen.
Ahora bien, en estas elecciones todo ha sido democrático y las reglas del juego nos invitan a asumir los resultados. No hay nada que discutir. Eso es sagrado.
No puedo dejar de pensar en C’s. Si este partido nació para mantener a raya a independentistas y extremistas de un lado y otro ¿cómo explican su postura? ¿Qué hace Rivera preparando el cortejo a Vox? Alguien debería advertir a Rivera. Las facturas se pagan y son costosas. Y a Casado; que alguien avise a Casado de que su partido está como está por querer ser Vox.
El desastre que está viviendo Pablo Iglesias merece capítulo aparte. Es el único que cosechando los peores resultados de la historia de Podemos, no se come una rosca.