Los medios y los días

Los que sufren

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27 nov 2020 / 04:12 h - Actualizado: 26 nov 2020 / 14:14 h.
"Los medios y los días"
  • Los que sufren

Los viejos que han muerto y mueren por el virus y así ha bajado el número de pensionistas, todo lo que habrán sufrido antes de caer enfermos, durante la enfermedad y viendo que la vida se les acababa sin disfrutar de todos los pocos años que les quedaban por delante.

Los padres y familiares de esa pequeña criatura que un coche arrolló en un paso de cebra en Castilblanco de los Arroyos. Si ya la Navidad iba a ser distinta, ¿cómo será ahora de amarga? ¿Cómo se puede escuchar Noche de Paz sin llenar de lágrimas toda la casa ante el recuerdo de la bebé muerta? No, no estamos preparados para que se mueran nuestros hijos ni lo estaremos nunca, eso no entra en nuestra genética que es la que crea nuestro cerebro, el que guarda nuestros sentimientos.

El expresidente de Uruguay, Pepe Mújica, se ha retirado de la política, huyendo del virus. Ha podido llegar a presidente y ahora ha vuelto a su humilde hogar con lo puesto, a vivir con su compañera, Lucía: «Mi casa es chica, porque si fuera grande requeriría de los servicios de una empleada y perderíamos nuestra privacidad. Pasamos la escoba entre la vieja y yo y ya, se acabó», dijo al diario argentino La Nación. Este hombre asegura no guardar rencor y que su Dios es la Naturaleza pero estuvo catorce años preso; siete en condiciones infrahumanas de tortura y aislamiento, encerrado en un aljibe, incluyendo veinticuatro meses sin poder bañarse. Cuánto sufrimiento, cuánta vida robada.

Tanto niño famélico, tanto campamento de refugiados y de inmigrantes, decenio tras decenio, porque yo por fortuna puedo contar la vida por decenios, más de seis decenios ya. ¡Qué impotencia! Qué indignación cuando aparece en pantalla en TV una joven adiestrada por el marketing para que haga teatro y ablande nuestros corazones: los refugiados sufren, se ahogan en la mar, y yo me indigno y sufro a un tiempo al ver lo miserables que siguen siendo los que se aprovechan de la pobreza y del sufrimiento ajeno. ¡Qué impotencia! Porque mi ideología, la que acabó con la pobreza extrema, ha fracasado y no hay salida alguna por ahora, sólo poses, manifiestos, egoísmos, pseudoprogresismo, mentiras.

El día del maltrato contra la mujer. Sufridoras en silencio, ocupación habitual de machotes débiles mentales en países como México, grandeza de las verdaderas luchadoras, pantomimas de las supuestas defensoras de salón y ministerio. El varón que busca sustituir a la madre por otra madre que sea sierva, no compañera. Oportunismo desde todos los lugares: medios de comunicación, universidades... Cubrir el expediente es la meta, no exactamente defender a la mujer. Siempre nadando, nunca buceamos en la tragedia para estudiar el humano que subyace ahí.

Los sufrimientos derivados del sistema: por qué parece que soy inferior a ese otro, por qué no he triunfado como dicen los medios y los predicadores del mercado, por qué no me llega el sueldo a fin de mes, por qué no tengo ni para un techo propio aunque sea humilde, por qué tengo que emigrar, por qué todo gira en torno al tener, no al ser, por qué no tengo ilusiones, por qué me tengo que hacer el alegre si estoy jodido por dentro, por qué si quiero ser yo debo pagar un precio...

Todos los episodios anteriores, con el paso de los años, se citan y ya está, de la pandemia Covid-19 se hablará como lo hacemos ahora de la gripe española o de las guerras mundiales: 10, 20, 30, 50 millones de muertos. Esto se dice muy pronto pero qué despacio pasaría y pasa el tiempo para los que vivieron, vivimos alguno de estos sufrimientos. “Cuánto penar para morirse uno”, escribió Miguel Hernández. Sin embargo, según Nietzsche, el sufrimiento es "afirmación de la vida" y su ausencia la "negación efectiva, real, de la vida". He aquí la grandeza de este filósofo que pasó su vida enfermo, sufriendo, y, sin embargo, de ese sufrimiento extrajo la solución. No hemos venido para sufrir, sino que el sufrimiento nos da vida porque nos hace más fuertes si nos enfrentamos a él. Bueno, es filosofía, autoayuda, el que no se consuela es porque no quiere, pero con el sufrimiento o se vive y lo controlas o te mata. Nos necesitamos los unos a los otros para aminorarnos los sufrimientos y tornarlos en vida. Hay que resistir.