Manzan y Marbleau

Continuando con otra de las series que he iniciado durante la “pandemia”, sobre Exposiciones No Celebradas a Causa del Virus todavía, doy a las páginas de este rotativo –“El Decano de la Prensa Española” dos de ellas aunque es de esperar que pronto se hagan.

La primera de ellas, es –o era- la de la pintora italo-brasileña MARÍA HELENA MANZÁN, y la segunda, la de la autora francesa FRANÇOISE MARBLEAU, ambas a celebrar en diferentes espacios públicos y privados de la ciudad.

Comenzando con la de MARÍA HELENA MANZÁN, la expo –cuyas obras vinieron a Sevilla antes de que el virus paralizara muchas cosas, tiene su origen en el hecho luctuoso de que el pasado día 14 de abril falleciera en la ciudad de Termoli, en la región italiana de Molise, el profesor, crítico de arte, historiador, ensayista ANTONIO PICARIELLO, considerados para muchos, entre quienes se encuentra el profesor-doctor CARLO CACCIAVILLIANI, como uno de los grandes intelectuales europeos.

Con tal motivo MARIA HELENA MANZAN, ha querido rendirle un Homenaje a quien además de su vasta cultura, era una extraordinaria persona, un amigo de sus amigos que no negó jamás a nadie que se le pedía ningún consejo y seguía el devenir profesional de bastantes artistas desde mediados de los años 70 hasta el momento de su prematuro fallecimiento a los 64 años de edad.

La muestra, iba a celebrarse en una galería comercial –que además es el bufete del abogado CÉSAR SASTRE- e iba a contar con la participación del tenor italo-argentino LUCIANO MIOTTO quien cantaría fragmentos de la TOSCA, en recuerdo del FESTIVAL INTERNACIONAL DE OPERA AL LAGUETO, ya que fue Comisario Artístico de la misma el tristemente desaparecido y queridísimo profesor. Festival que esperamos una vez se reanude, pueda celebrarse también en su memoria.

El Arte es una fiesta y ante el dolor de la pérdida lo que se impone y más teniéndole a él de referencia, es ser más “bravos” aún de lo que somos (entendida esta palabra en el sentido que le dan los italianos: de fuertes, valientes, luchadores, para que el arte –y los artistas- sigamos subsistiendo ante este y cualquier otro de los virus.

Comentar exposiciones que se han suspendido o que no se han hecho, debería ser el deporte internacional nacional ahora y de la misma categoría que las Olimpiadas. Pero no es justo que a pesar de las medidas de seguridad que se están tomando, se queden en stand by no sólo la posibilidad de realizarla, sino de comentarla.

Mª HELENA MANZÁN, debió dejar muchas cosas atrás para dedicarse a la pintura. No fue una decisión fácil abandonar una estabilidad laboral y económica, por la precariedad que el arte brinda a los neófitos. Le costó tiempo abrirse paso y llegar a Sevilla, ciudad que adora por el ambiente de creatividad que encuentra. Por eso mismo, y aunque de momento su exposición, como la de otros tantos autores, debería ser reseñada por los dos motivos antes señalados: por el Homenaje íntimo que supone a uno de sus queridos maestros y por lo que representa su pintura: la serie de telas casi evanescentes llenas de colores sutiles que recuerdan los paisajes de su vida en Brasil, en Italia, en Sevilla.

Esperamos que se vayan encontrando soluciones para el covid y que de esa manera vuelvan averse abiertas todas las salas, incluida esta, de Martín Villa, 5, 5º.

Otra de las exposiciones no celebradas a causa de la pandemia, ha sido la de la autora conceptual francesa FRANÇOISE MARBLEAU, cuyo título –Vida Memorias- es suficientemente significativo de cuáles son los propósitos de ella misma y de sus obras.

Toda una vida –y además de artista- significa en FRANÇOIS MARBLEU remontarse a antes de la infancia. Es hacerlo desde los antepasados más cercanos: abuelo, bisabuelo, padres y tíos. Las relaciones que se establecieron entre ellos, los juegos, los secretos, las risas, los silencios, los gritos y susurros como en los films de BERMAN, todo ese mundo íntimo que se desarrolla en el interior de la familia y la importancia que después ella le ha dado.

Después está la infancia con su proceso de aprendizaje y adaptación, la aceptación o rechazo de una educación que ha podido ser estricta dada su edad y circunstancias, las repercusiones que van a depararle la observancia de una práctica religiosa, o no, por el contrario; las vicisitudes, encuentros y desencuentros que devienen de la voluntad o del azar, de todo lo que nos va formando como personas, esculpiendo una personalidad que por supuesto puede ir modificándose.

La adolescencia, la primera juventud, los estudios en el liceo, sus trabajos en otras cuestiones alejadas del arte, sus primeros pasos en él, sus obras autobiográficas, sus exposiciones personales,...hasta llegar al hoy, en esta ciudad, Sevilla, con una pandemia generalizada que ha impedido hasta ahora el transporte de sus obras desde Montmartre donde reside, que le ha impedido hasta ahora viajar, y sobre todo hacer una exposición como la que se merece con creces.

No está la cosa como para que se “apueste” por una autora desconocida. Los presupuestos para el Arte se han restringido, y se echa mano de lo que se sabe gustará o será rentable, aunque esto último ya parece que es de héroes.

Pero toda una vida entregada al arte, no es otra cosa que felicidad personal si se van logrando éxitos, o sufrimiento si no se es reconocido o al menos, como le ocurrió a VINCENT VAN GOGH y a tantos otros, que no lograron vender ni una obra o muy pocas, por lo que peligraba además su subsistencia.

Afortunadamente no es el caso de FRANÇOISE MARBLEAU, quien cuenta con numerosos amigos y seguidores, todos los que estamos atentos a lo que hace en su taller parisino y quienes esperamos que al fin pueda celebrarse esta exposición aquí, en Sevilla, que no dejará a nadie indiferente, y por el contrario sorprenderá a todos.