La primera imagen que aparece en la mente del común de la opinión pública cuando hablamos de I+D+i es un laboratorio y personal vestido con batas blancas. Y eso, es sin duda cierto, pero es una imagen sesgada que solo representa una parte. En países avanzados, la I+D+i es una red de entidades, cada una especializada en distintas actividades, lo realmente importante es la relación y coordinación entre estas entidades para que la I+D+i redunde en la sociedad.
A grandes rasgos y sin entrar en detalles, el modelo andaluz de I+D+i está basado en tres actores principales: generador de conocimiento, transferencia de conocimiento y la sociedad.
Dentro de los primeros encontramos las universidades, las grandes empresas que destinan parte de su beneficio a I+D y entidades públicas de investigación. Todos ellos tienen el objetivo de hacer investigación básica, que es el origen del conocimiento, es de donde parte todo, sin la generación de nuevas ideas y tecnologías el flujo de conocimiento se detendría.
La transferencia de conocimiento es la actividad desarrollada por los centros tecnológicos como Adesva y otros agentes andaluces del conocimiento, y consiste en tomar el conocimiento generado por los primeros y materializarlo. Esto es innovación, la i pequeña. La transferencia del conocimiento es debido a que se lleva una nueva idea, tecnología o similar a su concreción práctica y por ende a la sociedad.
El tercero es la sociedad, que es quien recibe, disfruta y explota los resultados prácticos de este flujo de conocimiento, consiguiendo prosperar. ~