Música celestial

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25 dic 2022 / 12:24 h - Actualizado: 25 dic 2022 / 12:27 h.
  • Música celestial

No es lo que sale de las gargantas de los dirigentes del PP. Feijoo y el PP entero, se ve que bien “enseñados” por la autoritaria Ayuso, siguen gritando “¡que se jodan!” a micrófono abierto. ¡Que se jodan! ¿Quien? Los pensionistas, a quienes quisieran ver tirados por las esquinas con sus correspondientes consecuencias para la salud, a los escolares, abandonados a su suerte, con una enseñanza alienante de programas antediluvianos, muertos de frío en invierno y de calor en verano, a la sanidad, descompuesta, por los suelos, sin atención primaria por falta de médicos y por tanto ya sin necesidad de primar a los supervivientes para que no quede quien pueda mandar a nadie al especialista. A los trabajadores, para imposibilitar a las familias que puedan llegar a fin de mes a pesar de las brutales subidas de hasta un ochenta por ciento en alimentación y así aumentar el beneficio de los empresarios especuladores. Porque todo, enseñanza, pensiones, sanidad, todo “debe” ser privatizado, para aumentar los ingresos de sus amigos del IBEX y algunos más que no alcanzan a llegar a tanto.

Feijoo en su torpe e interesada proyección vital debe pensar que sólo a los jóvenes les interesa la cultura, por lo que califica su protección de “medidas electorales”. Puesto así, toda mejora son medidas electorales. Y toda rebaja también. Aunque para los defensores de la rebaja serán reveses electorales, bien merecidos. Allá ellos, “que se...” por ir con tanta fruición contra el bienestar de la ciudadanía. Con toda lógica, alguna consecuencia positiva debe tener mejorar la calidad de vida, como también debe tenerla, pero en sentido adverso, oponerse a cualquier mejora y reclamar continuamente malos servicios en todo, pasión de los “meopongoató”. Pues sí, conviene recalcar: es de Justicia que aquellos que trabajan por el bien o al menos por algo de mejora para la mayoría reciban el premio y quienes se oponen y quieren enterrar a la gente en malos servicios, gastos desorbitados y bajos sueldos, reciban el castigo. Lo lamentable sería lo contrario. Y parece que Feijoo le está viendo las orejas al lobo, está viendo perdida su carrera política, pero está dispuesto a sacrificarse antes que ponerse a favorecer la vida a sus conciudadanos que para él parecen no ser ciudadanos. Feijoo pide elecciones inmediatas porque es consciente de su propia degradación política y quiere aprovechar el escaso crédito que le quede.

Tanto defender el beneficio brutal de las oligarquías a costa de detraérselo a la generalidad de los contribuyentes, puede tener las consecuencias que el sirviente de Ayuso se está viendo venir. Pero, lo dicho: no puede “traicionar” a sus superiores del IBEX, de la banca y de la gran industria aunque su intención tampoco es beneficiar a la pequeña industria y si la beneficia mínimamente será un “daño colateral”, no intencionado, completamente involuntario, créanlos.

Lo normal cuando se siembran vientos es recoger tempestades aunque hay quienes, en supina ignorancia voluntaria, culpan al gobierno de los errores y horrores de su Comunidad, o sale con el cómodo y culpable “son todos iguales” ¿Tan difícil, tan problemático es ser sensato y dar a cada cual el trato que su comportamiento merece? Aquí fuimos críticos con el partido auto denominado “socialista”, cuando gobernaba y su forma de gobierno se ganaba la crítica. Ahora que del gobierno están saliendo las primeras y tímidas medidas sociales, no hay que felicitar al partido, pues de otros miembros del partido bien asentados en sus privilegios, dura crítica sale al gobierno precisamente por esas mínimas medidas sociales. Pero habrá que felicitarse porque, aun siendo insuficientes, se están viendo los avances positivos del Gobierno de coalición. Es normal que la derecha, compuesta además de por PP, Vox y por una buen parte de la cúpula del pseudo socialismo, critique y combata cualquier mejora y que boicotee, como por fin han reconocido, la renovación de la alta dirección del poder (per)judicial. Lo anormal es que haya quien pretenda darle la vuelta, culpando como ya se ha dicho, al gobierno, de los desmanes de su respectiva Comunidad, lo anormal es que haya quienes vivan de un sueldo y puedan votar a su mayor enemigo: la actual derecha antidemocrática.