Los medios y los días

Pérez Tornero: la coherencia de irse de RTVE

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28 sep 2022 / 05:26 h - Actualizado: 28 sep 2022 / 05:26 h.
"Los medios y los días"
  • El presidente de la Corporación RTVE, José Manuel Pérez Tornero. Alberto Ortega - Europa Press
    El presidente de la Corporación RTVE, José Manuel Pérez Tornero. Alberto Ortega - Europa Press

Hace bastantes años que conozco al profesor José Manuel Pérez Tornero. Celebro que haya decidido irse de la presidencia de la RTVE. Las personas que no le deben su curriculum a ningún lobby o grupo político deben ser libres y lo son para dar un portazo elegante y marcharse, en este caso, a su universidad, con sus alumnos y sus proyectos nacionales e internacionales de investigación que, en el caso del doctor Pérez Tornero y el campo de la Comunicación, son muchos y relevantes. Al poco tiempo de llegar un servidor de ustedes a la universidad, ya estaba leyendo las obras de Pérez Tornero, referencias indudables en su terreno, relacionado con el estudio de los mensajes audiovisuales y sus repercusiones en la ciudadanía así como en una disciplina muy marginada aún no sólo en España sino a nivel internacional: la Educomunicación, una materia que debe acompañar al ser humano desde su infancia hasta su muerte y no exagero: saber quién y cómo te informan y te forman es requisito esencial para convertirse en ciudadano de una democracia.

La situación actual en España es la contraria a la utopía platónica, de ahí que lo de Platón sea una utopía. No gobiernan los sabios, los filósofos, sino que, por regla general, estamos rodeados por una medianía con un grave déficit de conocimientos. A este personal se le puede llamar lo que se desee pero desde luego “padres de la patria” de ninguna manera. Y un cerebro como el de Pérez Tornero por fuerza tenía que chocar, tarde o temprano, con estos seres. Si no se hubiera ido, con una carta que razona su marcha, mi estima hacia él no sería la misma, ahora es cuando ha aparecido el verdadero profesor, el intelectual, libre, incompatible por tanto con personas sin oficio y con un beneficio exagerado que todos sabemos que no merecen, esto es, en el fondo, sin oficio ni beneficio.

Hace un año, Pérez Tornero me escribió un email. Estaba preocupado por una crítica mía en este mismo diario, contra un enfoque informativo, a mi juicio falto de rigor, que había aparecido en RNE. Su carta iba en la línea de lo que ha pretendido: que los españoles digan qué tipo de radiotelevisión pública desean, me pedía mi apoyo, quería que los periodistas de RTVE fueran lo más profesionales posible, teniendo en cuenta que todos somos humanos y por tanto nos equivocamos. Le expresé mis impresiones y me lo agradeció.

Es muy complicado que este tipo de personas se puedan entender con quienes carecen de formación sólida y reposan sobre el oportunismo, la disputa y la confabulación perpetua y además son reos de algo: el voto a cualquier precio. Lo que toda la vida ha estado criticando la llamada izquierda a la derecha, tanto la del PP como la del PSOE socialdemócrata conservador y creador, con el neoliberalismo, de la globalización actual, le ha faltado tiempo a esta izquierda de pitiminí para aplicarlo: la utilización de RTVE para manipular a los receptores. Se quejan de una verdad: que hay poderes extraperiodísticos detrás del periodismo. Es cierto, y ahora con menos dudas: ellos son parte de esos poderes. Y un científico social como Pérez Tornero llega un momento en que eso no puede ni debe tolerarlo. Y no lo ha tolerado. ¿Que ha bajado la audiencia de TVE? Sí, pero, ¿por qué la izquierda se deja llevar por postulados mercantiles, por competencias con cadenas privadas llenas de intereses de mercado que coartan la calidad que debe tener un servicio público? ¿Por qué sumarse a esa obsesión de la visión cuantitativa de todo en lugar de apostar por lo cualitativo? Un medio de calidad siempre va a ser de minorías pero esa minoría -que es influyente sobre la mayoría- va a saber que está ante espacios sobrios.

Por desgracia, desde hace tiempo no hay ni un talento que se lleve bien con un poder político dominado por mediocres o dictadores de iure o de facto. Un catedrático de universidad, libre, no debe unirse a esas personas. Antes, en el franquismo, Tierno Galván, Agustín García Calvo y José Luis López-Aranguren, son cátedros expulsados de la universidad en la memoria de todos. Pero en nuestros días, recuerdo al profesor y catedrático de Economía José Barea, cesado por el PP cuando tenía rango de subsecretario de Estado en el gobierno de José María Aznar, por cuestionar la viabilidad de la Seguridad Social desde su punto de vista de experto. En Andalucía, he vivido la dimisión del profesor y catedrático Manuel Ángel Vázquez Medel durante el mandato de Manuel Chaves, cuando, como presidente del Consejo Audiovisual de Andalucía, se convenció de la tremenda politización que se había apoderado de esa institución pública. Asimismo, el también catedrático de Economía, Juan Torres, sufrió la indiferencia y yo diría que el desprecio de Podemos que ignoró sus asesoramientos económicos en el programa electoral de los morados.

En conclusión, si eres libre y deseas ser honrado contigo mismo y con los demás, apártate de la gran mayoría de esta clase política. Su lenguaje poco tiene que ver con el del talento y la sabiduría.