Excelencia Literaria

Por Diego

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28 nov 2018 / 09:52 h - Actualizado: 28 nov 2018 / 09:55 h.
"Excelencia Literaria"
  • Por Diego

Diego González fue uno de los primeros niños en España en quitarse la vida por sufrir bullying. Lo que nadie sabía entonces es que Diego iba a ser uno de los primeros en una larga lista de niños y adolescentes que no han podido afrontar este tipo de situaciones.


Pasamos los días hablando de respeto, esforzándonos en educar en él y, sin embargo, cuando nos ponemos tras una pantalla parece que todo lo que nos enseñaron desaparece, pues ante lo digital nos hacemos personas completamente diferentes a nuestra realidad: queremos ser perfectas y seguir modas que no representan nuestra forma de ser. Parece que las redes sociales se rigieran por un código moral distinto, una moral apenas existente, incluso dañina. Amparados en el anonimato nos convertimos en monstruos sin corazón, que decimos todo lo que se nos pasa por la cabeza sin tener en cuenta el dolor que podemos causar. Esto, junto a la vulnerabilidad que se sufre al estar expuesto a un mundo virtual en el que no cabe la intimidad, provoca numerosas desdichas.


Ha crecido el acoso cibernético, el denominado cyberbullying. Es decir, el problema no es tanto la violencia física como esta nueva forma de acosar tras las pantallas, que dejan claro el peligro que tienen estos haters o acosadores cibernéticos a los que la pantalla sirve de coraza, mientras que a los acosados les supone un mundo del que es imposible escaparse. Es un muro que crece a cada mensaje ofensivo que reciben, especialmente cuando no son capaces de revelar lo que les está pasando. Esta pared es tan alta que niños, adolescentes, jóvenes e incluso algún adulto, no son capaces de sortearla. Les atrapa una terrible sensación de vacío, ansiedad, tristeza y vulnerabilidad a la que no encuentran salida. De pronto todo se rompe y deciden acabar con su vida antes que seguir aguantando semejante infierno.


También yo he sufrido acoso. Por eso las víctimas tenemos que unir nuestras voces, por la memoria de Diego y de todos los que no fueron capaces de luchar, porque el suicidio no debe ser una opción. La única opción es encontrar medidas que supongan un verdadero cambio.

Mónica Montero López de Uralde
Ganadora de la XIV edición
www.excelencialiteraria.com