Desvariando

¿Por qué nos gusta la música?

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
17 dic 2022 / 10:06 h - Actualizado: 18 dic 2022 / 21:28 h.
"Desvariando"
  • ¿Por qué nos gusta la música?

Creo que la primera vez que lloré escuchando música fue con el tamborilero de Almensilla, en los años sesenta. Era la Feria y este hombre pasaba por Cuatro Vientos en dirección a Palomares tocando el tambor rociero y la flauta, y como en casa no había aún tocadiscos, televisión o radio, y en el colegio jamás fue ningún músico o cantaor, lloraba escuchando a aquel hombre bajito y con cara de buena persona que tocaba como los ángeles. Lo malo era que solo lo escuchaba una vez o dos al año, pero me quedaba con la melodía y la silbaba casi a diario. Tanto, que los pájaros de Cuatro Vientos, los jilgueros o verdones de Mampela o El Cucadero, la cantaban cuando me veían triste. Cuando tuvimos radio, a mediados de los sesenta, escuchaba a Los Romeros de la Puebla, Pepe Pinto o Los Hermanos Reyes, y se me hinchaba el pecho de la emoción. Tenía claro que no podría vivir sin la música, lo único que liberaba suficiente dopamina de mi cerebro como para sentir placer y alcanzar la felicidad. Un día apareció un mendigo por el pueblo que dormía en el campo, donde podía, y que tocaba un viejo guitarrillo. Llevaba un perro salchicha que cuando lo escuchaba tocar alguna pieza, algo torpe, quizá por el hambre, el animalito aullaba, creo que de emoción. Y a mí se me inflamaba el pecho hasta casi no poder respirar bien. Siempre he sentido la música en el pecho, como el amor. Creo que hasta sordo de nacimiento me hubiera emocionado con la música. A veces me he taponado los oídos para ver si me emocionaba escuchando a Enrique Morente, mi músico, y sentía cada nota de sus malagueñas o soleares como gotas de lluvia en la cabeza, sin sonido, pero las sentía. El buen cante jondo me hincha las arterias y en ocasiones siento que se me va poco a poco el sentido. ¿Por qué nos gusta la música? Nos define como especie, sin duda, y seguramente ha salvado a la humanidad. Estos días escuchando cómo nuestros gobernantes se culpaban los unos a los otros de corruptos y golpistas me preguntaba si tendrían sensibilidad para la música o el arte en general. Son los mismos que dan el Premio Nacional de Música, que van a veces al teatro a escuchar obras de Mozart, Falla o Bach o que presumen de ser del mismo país que Paco de Lucía o Rocío Jurado. ¿Qué sensibilidad pueden tener para la música un tipo como Patxi López o una señora como Cuca Gamarra? La música no elige a cualquiera. Uno no descubre la música, sino al revés: es la música la que nos descubre a los que somos capaces de llorar o de perder el sentido escuchándola. A veces reflexiono sobre por qué aquel niño de Cuatro Vientos fue elegido para amar la música, el arte en general, en un pueblo donde nunca sonó un piano, solo un tamborilero que pasaba dos veces al año tocando la flauta y un tambor rociero.