¿Qué debe hacer el Estado por mí?

Image
08 dic 2020 / 00:01 h - Actualizado: 08 dic 2020 / 00:00 h.
"Opinión"
  • ¿Qué debe hacer el Estado por mí?

TAGS:

Primero fue la tribu. En la tribu todos se preocupaban por todos, y si había un «gorrón» (en terminología de Marvin Harris) el grupo le daba la espalda y se moría de hambre porque terminaba por no recibir una parte de la caza o de la recolección. Si alguien enfermaba, ayudaban todos; si había que ayudar a la cría, el grupo estaba al quite. Luego (este «luego» tiene ciertas concesiones temporales) llegó el estado feudal: un tipo con bienes se hacía con un grupo de mercenarios que defendía a su familia y amigos de ataques exteriores, se construía una pequeña fortaleza y luego, si los labriegos de la zona querían guarecerse entre sus muros y soldados tenían que pagar. Ahí aparecieron los impuestos. ¿Cuál era la relación contractual entre el labriego y el señor feudal? Imagino que librarlo de ataques exteriores. Pero si llegaba una Peste, ¿tenía que hacerse cargo el señor feudal de la familia del enfermo? (Ya ven por dónde voy... Ji, ji, ji...).

Luego (que es ahora) hubo un salto que no comprendo.

Si hubiera un sunami ahora que arrasara todos los chalés de la costa mediterránea, ¿la gente clamaría al Estado para que les repusieran su chalet? Si cayera un meteorito, ¿el Estado tendría que pagar los destrozos? Ya imagino a la gente saliendo a la calle y gritando: «Estado, traidor, tendrías que haber previsto esto!»

A mí me alucina que pase algo y la gente clame inmediatamente contra el Estado (cuando hablo del Estado me refiero a las Instituciones públicas gobernantes). Imagino que es una inercia de cuando pasaba algo y se clamaba a los cielos: «Señor mío, ayúdame». Me parece un recurso infantil: «¡Estado mío, ayúdame!»

Tranquilos... Ya sé que para el 99 por ciento de los lectores de este artículo soy un hereje que pone en duda las instituciones que dan coherencia a la realidad social. Calma: sólo me hago preguntas. Les invito a hacérselas.

¿Y por qué hay tanta unanimidad en España? Porque la izquierda por coherencia programática y la derecha por tradición franquista, aquí todos son estatalistas, nadie es liberal (liberal no es ser anarquista, es un equilibrio, pero uno en el que se comprende que el Estado no tiene por qué cargar con todas las competencias de lo que llamamos Vida).

Que conste aquí por escrito que si enfermo de COVID no le voy a echar la culpa ni al Ayuntamiento ni a la Comunidad ni al Estado. No voy a gritar: «¡Traidores, muero por vuestra culpa, si nos hubierais confinado 18 meses esto no me habría pasado!» Yo asumo que ¡me tengo que cuidar yo!

¿Saben cuál es y ha sido el problema? (Por favor concéntrense, voy hacia algo importante:) Que los políticos tienen que presentarse a elecciones y con tantas administraciones hay elecciones cada poco. (No se me vayan, sigan el argumento:) Y los políticos temen que alguien les eche en cara no haber hecho lo suficiente y pierdan votos y elecciones. «¿Qué hago» -dice el político- «para que no me reprochen no haber hecho lo suficiente?: cierro los comercios, bares y restaurantes a las seis de la tarde» (¿por qué no a las ocho? ¿alguien ha entendido la razón?) «y pongo toque de queda a las diez de la noche. No va a servir para nada, pero ¿y lo bien que yo quedo? Así nadie podrá decir que yo, el político de turno, no hice lo suficiente».

Yo a un Estado le pediría información, sólo información, información continua: «Oigan: si se relacionan mucho unos con otros van a morir»; lo mismo que ahora hacen cuando dicen: «Oigan: si fuman se van a morir». Lo que no haría sería cerrar todos los estancos a las seis de la tarde porque el índice de muertes por fumar haya subido. Yo lo que quiero es eso que ya nadie se atreve ni a mentar: LIBERTAD. «Mi libertad afecta a los demás y los puedo contagiar», dirían unos. «Pues no si cada uno se cuida». «¿Me voy a contagiar en una fiesta de mil personas apretadas?», seguro que yo no, porque no iría. Y para lo demás me cuidaría: lo mismo que hago cuando voy a un supermercado, me pongo mi mascarilla FFP2 y me lavo bien las manos después y asumo que vivir conlleva riesgos. «Y los jóvenes contagiarían a todos sus familiares», seguirían diciendo, pues que los familiares tengan cuidado del trato con sus jóvenes. ¿O hemos decretado el toque de queda porque el Estado tiene que hacer lo que los padres no consiguen?

Pero lo alucinante de todo esto es que nadie piensa como yo. Todo el mundo cree que el Estado tiene que preocuparse por obligarnos a cuidarnos. (Lo voy a repetir: el Estado ha llegado a asumir la competencia de obligarme a cuidarme a mí mismo y de mí mismo). Es como obligar a ponerse el casco en la moto: «Como eres imbécil y serías capaz de matarte en moto, Yo, el Estado, te obligo a salvarte de ti mismo. Ah, y porque queremos ahorrar gasto sanitario de motoristas con la cabeza abierta». Cuando nos pusieron casco obligatorio en la moto pensé «¿Qué será lo siguiente?, ¿armadura integral a los paseantes porque hay muchos accidentes de cornisas que caen?» No: era taparse la boca con algún tipo de bozal.

Entiendo que el Estado se preocupe por nosotros, pero ¿toque de queda? ¿Cierre de comercios a las 18 hs? ¿Estamos locos o qué? Estamos locos.

¿Podrían, por favor, confiar en nosotros? ¡Venga, todos a coro!: «¡Noooo!» Seguid clamando: «¡No nos fiamos de que la gente sea responsable y por eso se la obliga!» El problema es que en medio de eso se nos obliga a los que sí somos responsables o... a los que querríamos no ser responsables. Porque esa es la cuestión de fondo del fondo: ¿tengo libertad para arriesgarme a vivir como quiera si no hago daño a los demás, aunque pudiera hacerme daño a mí mismo? Seguro que muchos están contestando por lo bajini: «No, porque luego irás al médico y producirás gasto público». ¿Y si tengo seguro privado? O: ¿puedo firmar en algún lado para arriesgarme a vivir y que no vaya el gasto a las cuentas públicas? ¿Queda algún resquicio para mi libertad, asumiendo mis propios riesgos? ¿Puede el Estado confiar en mí y no meterse en todo? (por cierto, en cuantas más cosas se meta el Estado más funcionarios necesitaremos); ¿puede devolverme mis cotas de Libertad y, de una vez por todas, confiar en nosotros los ciudadanos?