Llegadas estas fechas, es inevitable. Los telediarios empiezan a dar noticias sobre la ola de calor, igual que en invierno lo hacen sobre la ola de frío. Digo yo que estas cosas debían anunciarse en las desconexiones regionales de los informativos, porque cuando a un sevillano le dicen que va a hacer calor en verano... le entra la risa. Es como sí a un tío de Burgos o de Huesca le dices que hará un invierno frío. Se descojona, claro. Allí hace tanto frío que las ovejas, cuando las esquilan, te atacan con más maldad que un pitbull. Y en Sevilla en verano los grifos de las casas tienen dos posiciones: «caliente» y «más caliente». Dichas informaciones son útiles para los guiris, no para los nativos. En una ocasión les dije a dos amigos austríacos que vinieron a Sevilla en invierno, que me gustaría visitar Viena al verano próximo. Me pusieron cara de asustados y me dijeron que no, que en verano allí hacía mucho calor. Les dije que cuánto era mucho calor. Me dijeron que 25-30 grados. Les pregunté si sabían lo que había hecho en Sevilla el verano pasado y cuando les dije que 45 grados, se echaron las manos a la cabeza y me dijeron que sin problema, que me fuera a Viena cuando me saliera del alma. Por favor, señores del Telediario, no nos recuerden más que hace calor, joé, que lo sabemos. Que en Sevilla la gente no deja al perro dentro del coche al sol en verano. Lo que deja es un choco en la guantera y lo recogen a los cinco minutos, listo para echarle su piriñaca. Paren ya. Lo sabemos.