Los medios y los días

¿Quién quema España?

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31 ago 2020 / 04:00 h - Actualizado: 31 ago 2020 / 04:00 h.
"Los medios y los días"
  • A. Pérez - Europa Press
    A. Pérez - Europa Press

Otra novedad en el periodismo patrio: ahora las informaciones sobre incendios no suelen ni siquiera indicarnos las causas del siniestro. Se supone que son todos intencionados porque no nos van a estar cayendo siempre rayos y truenos desde un cielo generalmente despejado y que cuando es lluvioso tampoco se prodiga mucho en aparato eléctrico.

Los inicios de las noticias deben contener siempre las seis famosas preguntas que los periodistas inventaron en el siglo XIX cuando, durante la guerra civil estadounidense, no podían disponer de medios suficientes con los que enviar sus crónicas con más detalles debido a los fallos del telégrafo, por ejemplo. Entonces decidieron que con decir qué había pasado, quién era el protagonista, dónde se producía la noticia, cómo se llevó a cabo, cuándo y porqué, era suficiente para que el receptor supiera lo esencial del acontecimiento.

El porqué es la pregunta menos respondida en periodismo, siendo la principal, ya que incluso nos lleva a la filosofía y a la ciencia y hasta a la primera interrogante que un ser humano demanda desde niño. Bueno, pues este aspecto de la causalidad casi ha desaparecido de las noticias -cuando interesa- y encima han irrumpido en nuestras vidas desde hace algún tiempo las llamadas noticias anzuelo que, en este caso, podrían ser: “Las 6 estrategias para librarse de quemarse vivo”, “Las 6 formas de quemar un bosque y que no te trinquen”, “Las 6 invocaciones a los espíritus para que un fuego se apague”, “Las 6 maneras de tocar la Danza del Fuego de Falla”, “Las 6 precauciones que hay que tomar para no mearse en la cama de tanto andar con fuego”, “Las 6 formas de jugar con fuego y no quemarse”, etc.

“Cuando un monte se quema, algo suyo se quema”, nos decía la publicidad durante el franquismo. Y el viñetista El Perich, le añadió la coletilla “señor conde”, “cuando un monte se quema algo suyo se quema... señor conde”. Al menos la nobleza mantenía limpios los montes para cazar en ellos y las personas sabias de campo saben que los incendios se apagan en invierno, recogiendo maleza que se utiliza en lo doméstico pero como cada vez nos hemos ido separando más de la naturaleza estamos llegando a un punto en el que el medio ambiente va a servir asolo para quemarlo y hacer negocio o, simplemente, para salir en los medios y que los autores digan: “Mira, macho, eso lo hicimos nosotros aunque ya ni lo digan”.

Y ahora en serio. La verdad es que estoy harto de tener que vestir mis indignaciones con ironía, sarcasmo y humor. Quienes queman son peores que los terroristas digamos clásicos porque no sólo asesinan parajes naturales y a veces personas sino el presente y el futuro de generaciones actuales y posteriores en todos los sentidos, desde el emprendimiento de todo tipo para llevar a cabo un crecimiento sostenible hasta el relax que eso es dinero porque serena las almas y nos ahorra pasta en sanidad.

Iba a decir que son unos hijos de la gran puta, pero por respeto a estas mujeres y a su profesión no lo voy a afirmar porque no me sirve, la definición se me queda corta e insuficiente. De lo que estoy seguro es de que deben pudrirse en la cárcel y encima pedirnos perdón por la comida que iban a engullir y el agua y la ropa que iban a gastar con el dinero público hasta que nos dieran la alegría de irse al infierno ya que les gustan tanto las llamas.

En cuanto al periodismo, no estaría de más que se ejerciera mucho mejor, que investigar a fondo y hacerse pesados con las causas de los incendios no produce la infección de ningún virus, al revés, sirve para librarse de uno de los peores virus que ha infectado a la profesión: el de la rutina.