Salir del gallinero

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12 sep 2021 / 04:42 h - Actualizado: 09 sep 2021 / 12:30 h.
  • Salir del gallinero

«Estímulo que anima la labor creadora en el arte o en la ciencia» así es como la RAE define el concepto de inspiración. Si se lo preguntases a tu abuela, probablemente te diría que la inspiración es ese algo que hace que te entren las ganas que tanto necesitabas... Diferentes palabras que expresan una misma «realidad inspiradora»... Y puede que te estés preguntando: «Y, ¿de dónde viene ese estímulo?», bueno, la inspiración no tiene «domicilio» fijo (sino todos haríamos cola en la puerta), podríamos decir que la inspiración tiene «alma viajera», puedes encontrarla en diversos lugares y formas, a veces puede ser una persona; otras, un libro ¡incluso hasta un olor o una mascota pueden servirte de inspiración! En mi caso, la inspiración me visitó ayer en forma de película.

¿Has visto «Tigre Blanco» de Ramin Bahrani? si no es el caso, te la recomiendo, te aseguro que es la inspiración (el apellido que le pongas ya es cosa tuya). «Tigre Blanco» cuenta la historia de como un chico indio que vive en una pequeña aldea logra transformarse en un respetado empresario. Hay muchos momentos del film que invitan a la reflexión pero fue uno en particular el que se quedó en mi mente... Cuando el protagonista, Balram, que también es el narrador de la historia, cuenta una curiosidad: se ven filas de jaulas llenas de gallinas apiñadas y como al abrir la puerta para coger a una y retorcerle el pescuezo para que sirviese de comida, las demás no hacían ni el intento de escaparse, se quedaban allí esperando su turno... Después de esto, Balram continuaba contando que, como las gallinas, a él le habían enseñado desde niño que estaba hecho para servir y que nunca a nadie se le había ocurrido jamás escapar del gallinero... Excepto a él.

¡Menos mal que al intérprido Balram se le ocurrió que las cosas podrían hacerse de forma diferente! vivir la vida en el gallinero esperando a que te llegue el turno de servir de cena suena verdaderamente lamentable... ¿Por qué las gallinas no huirían al ver la puerta de la jaula abierta? quizás porque otra puerta mucho más grande y pesada estaba cerrada... La de sus cabezas... ¡Que gran verdad es que la cárcel más peligrosa es la mental! porque por más puertas abiertas que se te presenten, si vives en una mente estrecha, llegará un momento que te parezca que esa es tu única realidad, tu único destino, que no puedes aspirar a más, cuando, nada de eso, es verdad...

Logra más una persona con amplitud de miras, fortaleza de visión, con las puertas bien abiertas de mente y corazón que tenga que enfrentarse a multitud de puertas cerradas en su día a día que otra persona con todo el camino despejado pero que, en su interior, vive encerrado bajo siete llaves, que ni sabe ni quiere saber que es la libertad y se resigna a una existencia carcelaria... La primera persona consigue crear sus propias oportunidades y llenar de valor cada una de sus empresas porque la convicción de que va a abrir la puerta por más que se la hayan cerrado con anterioridad es la llave más certera que la llevará allá donde desee viajar... La segunda persona, la que vivía en su carcel mental pero ante sí tenía todas las opciones disponibles, continuará viviendo una suerte de «existencia invisible» porque no te ves a ti mismo de verdad hasta que no le das una oportunidad a tu potencial...

Y tú, ¿sales del gallinero?