!Ay las sellas!
De aquellas aguaderas
que agua traían
Sellas vacías,
que a la fuente iban
y llenas venían
Sellas de pino,
de caoba o de tea
según el dueño
Sellas humildes,
doradas o plateadas
según la dueña
Sellas bruñidas
con recio estropajo
puño y arena
Sellas marcadas
con las iniciales
de su propietario
Sellas en manos,
de quien sacia la sed
de agua y querer
Antiguas sellas,
adornos y paragüeros
de rancio abolengo.