Los medios y los días

Sevilla, caminando por el filo

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20 dic 2021 / 04:56 h - Actualizado: 19 dic 2021 / 13:00 h.
"Los medios y los días"
  • Sevilla, caminando por el filo

Estoy orgulloso de que Sevilla se encuentre en boca de todos en la esfera internacional, me gusta verla llena de turistas y que sean turistas de otoño e invierno que es cuando Sevilla está hermosa. Ahora, Sevilla se encuentra en un estado equivalente a una primavera de cualquier zona del mundo con un clima frío, por eso vemos a turistas de otras latitudes disfrutando del sol, ligeros de ropa. Por fortuna, parece que esta semana va a llover, nunca llueve a gusto de todos, a mí me entusiasma que llueva a gusto de los pantanos y además, viendo llover, me deprimo menos comprobando el mundo en el que van a vivir los sevillanos que están naciendo en estos momentos o mi misma nieta.

Sin embargo, Sevilla no puede seguir caminando por el filo de una navaja, dejándolo todo o casi todo a merced del turismo por mucho porcentaje del PIB que suponga. Basta con una crisis mundial para que se vaya al garete todo el invento, no hace falta que sea una pandemia, ¿o ya no nos acordamos de la crisis que comenzó en 2007 o 2008 de la que nos estábamos recuperando cuando irrumpió el virus? Pues no, puede que no nos acordemos, veo demasiadas grúas por ahí y demasiadas casas sin vender, vacías, con lo cual pienso si hablamos tanto de franquismo porque amamos las grúas y las piquetas, aquel desarrollismo de palaustre.

Sevilla debe buscar un futuro estable y lo más estable es la tecnología y sus aspectos sinérgicos. Ni tenemos tejido industrial -al revés, lo hemos perdido- ni nos consolidamos como una ciudad cuyo peso descanse por igual, al menos, en la tecnología, la industria y el turismo que es una industria pero llena de profesionales con escasa cualificación. La misión del turismo es importantísima siempre que la lleve a efecto: vender la ciudad a las grandes multinacionales tecnológicas, incluida las de la guerra aunque la guerra se mete por todas partes. Sólo el ensamblaje de un par de aviones de guerra dio lugar a un parque tecnológico aeronáutico. Sevilla debe ser lo que se llama ahora un destino inteligente. Como ha indicado recientemente el catedrático de Comercialización e Investigación de Mercados de la Universidad de Sevilla, Manuel Rey, en unas jornadas organizadas por Abc, hasta ahora los gestores se centraban en indicadores como el número de visitantes, las pernoctaciones o el nivel de ocupación para evaluar el éxito. «Efectivamente todo eso ofrece una foto real de la situación, pero no exacta» y ha planteado otros conceptos como la percepción del visitante, su fidelidad o la personalidad que nos atribuyen. Todo eso da una información mucho más amplia que, además, permite mejorar la oferta.

Observo que la poltrona del alcalde tiene bastantes novios: por ahora, Sanz, Muñoz y el señor Joaquín Moeckel, que acaba de postularse. Para mí serían suficientes aunque busco para Sevilla a un alcalde similar al de Málaga, Francisco de la Torre quien, a base de trabajo y de ser una mosca cojonera de la Junta en los últimos años ha logrado colocar bien alto a una ciudad que parece que aspira a parecerse a nosotros. Los tres nombres alcaldables mencionados serían buenos regidores para Sevilla, me parece a mí, aunque yo haría como en la Roma clásica: un triunvirato. Lo que espero es que, además de Sharon Stone y de Obama, el triunvirato acuda o vengan a Sevilla los grandes apellidos que llevan el mundo: Elon Musk, Bill Gates, Warren Buffet, Carlos Slim, Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, y todos o algunos de sus colegas y aliados en China o en el mundo árabe. Que vengan y dejen huella, que no sean como el verso de Cervantes: “Fuése y no hubo nada”, que de cantamañanas y de “haremos esto o lo otro” hay en Sevilla una industria pionera y poderosa en el planeta.