La vida del revés

¿Somos homófobos? Sí aunque celebramos que eso no puede ser

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17 may 2022 / 16:01 h - Actualizado: 17 may 2022 / 16:05 h.
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Hoy se está celebrando el Día Mundial contra la Homofobia. ¿Por qué hoy? Pues porque el 17 de mayo de 1990 (se cumplen 32 años) la OMS tachó, de su lista de trastornos mentales, la homosexualidad.

Hoy se celebra El Día Mundial contra la Homofobia y los delitos homófobos que se han cometido en España en lo que va de año son ya el 50 por ciento más que en el mismo periodo del año 2021. Por otra parte, conviene saber que los retrocesos que se están produciendo en los derechos del colectivo LGTBIQ+ son preocupantes.

Siempre me he preguntado por qué generan tanto odio personas que se distinguen del resto tan solo por amar a personas de su mismo sexo. Porque sufren, visten, comen, creen, celebran u odian, igual que los heterosexuales. Es algo que no alcanzo a comprender. Además, me abruma saber que ese odio tan visceral no reside solo en la ideología de extrema derecha; no, ese odio es transversal y lo ha sido durante toda la historia. Al ‘prefiero que mi hijo muera a tener un homosexual en casa’ de una papanatas de extrema derecha; podemos sumar, por ejemplo, lo que dijo el dirigente de Vox Iván Espinosa de los Monteros: ‘En España hemos pasado de dar palizas a homosexuales a que ahora impongan su ley’. Pero es que Fidel Castro tuvo que reconocer que la persecución a la que sometió a los homosexuales cubanos fue brutal e injusta (las relaciones homosexuales se despenalizaron en 1979 en Cuba). Los llamó contrarrevolucionarios. (Advertencia: Cuidado con los mensajes en redes sociales con frases homófobas atribuidas a Stalin, Mao o Marx porque tienen truco y no son lo que parecen). Pero, sobre todo, la homofobia está instalada en las casas españolas, en las barras de las tascas o en los parques. Chistes, comentarios insultantes y expresiones que muestran un enorme desprecio por gais, lesbianas o bisexuales, llenan las conversaciones de unos y otros. En los centros de trabajo la discriminación es evidente. En fin, un desastre aunque los españoles vayamos de modernos.

Tengo mi propia teoría sobre la razón que nos lleva hasta la homofobia. No es nada científica y se construye sobre la intuición y la observación, y tiene que ver con los miedos comunes y con ese territorio homosexual que tenemos dentro cada uno de nosotros. Del mismo modo que los hombres tenemos una parte femenina y las mujeres una masculina, todos tenemos un pequeño homosexual dentro al que tememos, que nos aterroriza. Mejor dejaré esa teoría para otro momento.

Sea como sea, en la actualidad existen tres anomalías en la sociedad que nos convierte en un grupo retrógrado y peligroso para algunos colectivos: homofobia, racismo y xenofobia. Avanzamos para conseguir eliminar esas lacras aunque vamos muy despacio y, de vez en cuando, un paso adelante se contesta con media docena en dirección contraria. Convendría que los mensajes homófobos (racistas y xenófobos, también) de algunos grupos políticos (los hay se pongan como se pongan y da vergüenza comprobar cómo algunos tiran la piedra y esconden la mano de forma cobarde) se eliminasen por completo. Si vivimos rodeados por el odio es posible que el odio acabe con todos nosotros. Convendría que en los hogares españoles los adultos tuvieran en cuenta el daño que hacen a sus hijos, hermanos menores, nietos o sobrinos, al impedir que vivan siendo tolerantes y creando odios y rechazos innecesarios y estériles. Si toda la herencia que somos capaces de dejar a los jóvenes son nuestros propios prejuicios, nuestras fobias y nuestra falta de mundo, vamos por mal camino.

Una vez más, recuerdo a todos que los gais y lesbianas no son seres extraterrestres; al contrario, pueden ser tu hijo, una sobrina, el jefe del departamento, esa amiga que inexplicablemente nunca tuvo un novio (mil novias ocultas, sí)... Cuidado con escupir hacia arriba.