Soy su abogado ¿Le pongo un daiquiri?

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31 ago 2021 / 05:00 h - Actualizado: 30 ago 2021 / 21:40 h.
"Opinión","Mercado laboral"
  • Un camarero atiende una mesa en una terraza. / ANA ESCOBAR (EFE)
    Un camarero atiende una mesa en una terraza. / ANA ESCOBAR (EFE)

De cada 100 españoles que trabajan, 46 son titulados superiores. Dicho de otra forma, casi 9.100.000 de los trabajadores españoles estudiaron en la universidad y lograron obtener un título superior.

Todo eso sería muy bonito si el mercado laboral pudiera asumir y asimilar esa capacitación técnica sin precedentes. Dicho de otra forma, en España se contratan miles de camareros y muchos, muchos, menos ingenieros. Nunca antes tanto talento se había desaprovechado en España.

‘Hola, soy N., el economista que le va a atender mientras esté en este establecimiento. Le puedo ofrecer un daiquiri de bienvenida. Y la carta se la traigo en unos minutos’. La verdad es que suena extraño y doloroso.

En España hubo un momento en el que la titulitis se hizo poderosa y ordenó la forma de prepararse de los jóvenes y las exigencias de los padres respecto a sus hijos. Si un joven no pasaba por la universidad se convertía en un fracasado o algo así. Los padres ahorraron y se esforzaron para que sus hijos estudiasen una carrera universitaria. Todos quisieron tener títulos y alguien envió un mensaje equivocado: su hijo solo será mejor que usted si estudia en la universidad. El resultado es que, ahora, lo que faltan son profesionales con preparación técnica (fontaneros, carpinteros o instaladores de aire acondicionado, por ejemplo) y sobran médicos, economistas o abogados que se ven obligados a trabajar de fontaneros, carpinteros o instaladores de aire acondicionado, por ejemplo.

Nuestro modelo económico se ha convertido en una trituradora de personas que pasaron por la universidad. Seguimos siendo los camareros de medio mundo, eso sí, muy educados. Servir combinados es un pilar de nuestro modelo productivo y eso se ha convertido en el gran problema de este país.

Esta claro que la formación profesional es la asignatura pendiente y que debe potenciarse de inmediato. Esta claro que la distancia que existe entre la formación universitaria y la realidad del mercado laboral es abismal. Esta claro que poner daiquiris tras estudiar cinco años parece poca recompensa y eso se convertirá en una fuga de talentos imparable.